Opinión

¡Qué bien, qué bien!

Vale, no quiero ponerme pesado con esta serie mía "Personajes Ilustres de España", pero la realidad no me deja otra opción, me tiene pillado por el gaznate como a un maldito pollo unos segundos antes del degüello. Lo siento, amigos. No se preocupen.

"¡Qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!" Por supuesto me refiero a Isabel Díaz Ayuso, una señora que cada vez que viene a comer a casa nos hace pasar a todos un rato de risas que ni les cuento. Mis hermanos pequeños se mondan. Y yo también. Hasta los vecinos, que no están en la mesa, se desternillan. Puedo oír sus carcajadas por el patio de luces.


Doña Isabel Díaz Ayuso (hay que llamarla doña porque ella ya va siendo mayor aunque cultive esa absurda imagen de niñita malcriada e impertinente) es un prodigio de ingenio y buenas ocurrencias. Por ejemplo tú le dices en la mesa:
– Isa, por favor, ¿puedes pasarme la sal?
Y ella primero dice sí muy amablemente, pero a continuación ni corta ni perezosa coge la sal, se la lleva a la cocina, la guarda en el armario correspondiente y cierra la puerta. Después vuelve y se sienta otra vez a la mesa regalándote una sonrisa preciosa. Así es ella: "¡qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!".

Lo malo de eso es que a ti los huevos fritos con patatas al final te quedan un poco sosos, pero... "¡qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!". Isabel Díaz Ayuso es un personaje fascinante de la escena pública y de la política nacional en nuestro país. Le das los buenos días en el ascensor y ella te contesta educadamente que sí, que buenos días. Para a continuación decir: "¡Menudo día de mierda con esta lluvia de cojones!" Y solo dos segundos después añade: "Hace un sol de carajo, me voy a la playa".

Sé que no estoy hablando muy bien de ella en esta columna pero no se confundan ustedes, a mi me encanta Isabel: ¡qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!" Isabel es un cielito. Yo la quiero como quiero a las berenjenas por decir algo. No sé si conocen ustedes este poema de Baltasar del Alcázar, un gran poeta satírico sevillano del siglo XVI, que dice así (cambien ustedes Inés por Isabel si les place):

"Tres cosas me tienen preso / de amores el corazón / la bella Inés, el jamón, y las berenjenas con queso. / Esta Inés amantes es, quién tuvo en mi tal poder / que me hizo aborrecer todo lo que no era Inés. / Trájome un año sin seso, hasta que en cierta ocasión / dióme de merendar jamón y berenjenas con queso."

Ya ven que Baltasar del Alcázar, un señor del siglo XVI, viene a explicarnos las cosas. Aquí, en este siglo veinte cambalache al final todos nos vendemos o nos rendimos por el estómago ¡vaya tontería! "¡Qué bien, qué bien, hoy comemos con Isabel!"

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