Opinión

Rajoy pasa

El indestructible José María Aznar se siente solo. Yo creo que nadie le hace caso. Desde que se quitó el bigote no es el mismo y por eso ha decidido volver a saltar a la arena pública en ¿cómo no? la Cope. ¿Dónde iba a ser? Nos volverá a dar la lata con sus abdominales. Confiemos en que no lo haga otra vez con las armas de destrucción masiva de Iraq. Y su señora doña Ana Botella también nos volverá a dar la lata con su famoso café con leche en "inglé". Al tiempo.

El caso es que Aznar, que creo fue presidente de España un par de veces, ha hablado en la radio para Carlos Herrera con motivo de la presentación y promoción de un libro suyo (ahora es escritor aunque cuando habla sigue sin entendérsele nada), la pela es la pela. Y ha aprovechado la ocasión para lanzar unos cuantos dardos envenenados a Rajoy. ¿Qué? ¡Sorprendente! Pero vamos a ver: si Rajoy se ha largado. Ha desaparecido del mapa. Se fue. Ya no está. ¿A qué viene esto?

Aznar no parece darse cuenta, algo que ya sabemos todos los españoles hace tiempo incluido mi admirado Antón Losada, el mayor Marianólogo (experto en Rajoy) de España, de que Rajoy simplemente... pasa. A Aznar parece interesarle mucho Rajoy, pero a Rajoy no le interesa nada Aznar, ni le ha interesado nunca. Esto es un hecho.

Rajoy cuando estudiaba en Santiago de Compostela quería ser registrador de la propiedad y lo fue. Después, por razones que no vamos a explicar aquí y que todos sabemos acabó siendo presidente del Gobierno de España. Pero él lo que quería era volver a su plaza de registrador de la propiedad y vivir "tranquiliño", una cosa que ha conseguido. El tipo es un crack.

Aznar no entiende eso. No lo entendió nunca, sigue sin entenderlo y sigue viviendo en un pasado imaginario como de dibujos animados, como el inexistente pasado de los seguidores de Vox. Pero ya que Carlos Herrera le da cuerda pues nada, adelante muchachos.

A Aznar, si no fuera porque ya tiene bastantes cargos y prebendas, debería contratarlo Barrio Sésamo. Yo cuando lo oigo no puedo evitar acordarme de aquel precioso sketch de Coco, al pie de unas escaleras explicando la diferencia entre arriba y abajo. ¿Lo recuerdan?

– ¡Muy bien! Aquí estoy en la parte de abajo. Y ahora voy a ir a la parte de arriba.

Coco sube las escaleras animoso.

– ¡Bien! Ya estoy en la parte de arriba. Y ahora me voy... a la parte de abajo.

Baja las escaleras.

– Ya estoy en la parte de abajo. Ahora voy a volver... a la parte de arriba.

Sube las escaleras ahora jadeando. Una vez arriba vuelve a hablar.

– Ya estoy arriba. Creo que voy a volver... a la parte de abajo.

Y así todo el rato. A mí, Aznar me parece lo mismo, solo que con mucha menos gracia que Coco.

Rajoy, entretanto, pasa.

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