Opinión

Se armó el belén

Según José Luis Martínez-Almeida, flamante alcalde de la capital de nuestro país, poner una bandera española en el belén es una tradición de siempre. Supongo que durante la República se pondría una republicana, y en el siglo XIII cuando San Francisco inventó el belén en Asís, una italiana. Claro que de aquellas la bandera italiana ni existía. Vamos, una tradición en toda regla. 

Lo de las banderas es una epidemia. Sospecho que algunos congresistas actuales ya están pensando en ponerle al belén una de la Falange con el yugo y las flechas. Si llegaran a conseguirlo verían ustedes como luciría el Niño Jesús. Seguro que Netflix hasta haría una miniserie.

El "alcaldito" de Madrid y digo alcaldito porque ni alcalde es, a mi me recuerda cada vez más a Pikachu, aquel Pokémon amarillo tan simpático. Martínez-Almeida tanto se pone peligrosamente ultralumínico con Ortega Smith un día, como al siguiente le da besitos y abrazos ¡cuánto te quiero Javi, cari!

Aquí, en este país raro, cada uno monta el belén como le da la gana. El alcaldito madrileño decide que el belén es para conmemorar el Día de la Hispanidad. Ada Colau lo convierte en una sugerente instalación artística conceptual que la verdad, y no es que sea yo muy belenista, hubiera quedado mejor en el Reina Sofía que en la Plaza de San Jaume. Algunos, ya sabemos quienes, ponen a tipos cagando en medio del belén todos los años, en lugar de poner ovejas y gallinitas que eso sí que era lo tradicional y lo que se solía hacer cuando yo era niño. 

En fin, da igual, yo he visto belenes hasta con Mazingers Zetas sobre los tejados del palacio de Herodes. Ya saben: ¡puños fuera! O con diplodocus de plástico sacados de una peli de Spielberg pastando en las riberas de un pequeño río de papel Albal en Palestina. El belén lo aguanta todo. Es lo bueno que tiene.

Circula una foto en internet en la que aparece un portal de madera pobre, vacío, abandonado. Y debajo hay un texto que dice más o menos, no lo recuerdo con exactitud: "Este es el portal de Belén que quiere la extrema derecha, uno sin refugiados, sin inmigrantes, sin árabes, sin negros".

Ya digo que no soy belenista, pero esa broma de internet es bastante aguda y reveladora. ¿Es que esos tipos no se dan cuenta de que sin refugiados, inmigrantes, etc., en ese portal tampoco habría reyes, ni mirra, incienso u oro? De hecho no habría ni Dios. Y entonces... ningún ángel querría ir allí.

En fin, ustedes sigan haciendo el belén, please, y con todos los personajes que les apetezcan a sus niños que para eso son los creadores y creativos de verdad. Ya saben las palabras que ponía Gloria Fuertes en boca del Niño Jesús del Portal en aquel bonito poema: "Dice que pecado es hablar mal de los vecinos / y que pecado no es besarse por los caminos".

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