Opinión

Máximos, perspectivas y compañías

Atoda consecución de máximos sucede una recogida de beneficios casi inmediata, acompañada -a continuación- de un movimiento pendular en el que se suceden, con frecuencia e intensidad desigual, avances y retrocesos. Aunque inquietantes, por coincidir con un toque de atención en las bolsas norteamericanas, los experimentados durante la segunda mitad de la semana no invalidan el aspecto de los mercados.

Pensemos que acompaña el ciclo electoral: no parece previsible que, a poco más de un mes para definir la composición del nuevo Parlamento europeo, los políticos comunitarios incorporen al debate motivos de tensión. Lo suyo es recurrir a promesas. O, simplemente, pasar inadvertidos, como desde hace meses ha hecho Ángela Merkel. Acompañan, también, los indicadores económicos, con avances que mejoran las perspectivas del consenso y que permiten culminar con el apéndice “mejor de lo esperado” la mayor parte de los datos publicados. Acompaña, por supuesto, la confianza internacional. Sólo así se explica que el Tesoro Público esté emitiendo bonos a 5 y 10 años al menor coste histórico desde la pertenencia al euro. O que Grecia haya vuelto a los mercados de deuda, cuatros años y dos rescates después, con una emisión de bonos a 5 años y una demanda ocho veces superior a la esperada a pesar de ofrecer una rentabilidad inferior al 5%. Esto no significa que las economías periféricas se encuentren fuera de peligro. Pero evidencia, en el terreno de lo simbólico, una percepción distinta de un riesgo soberano denostado desde hace tiempo y el posible fin de los programas de rescate, justo ahora que Francia comenzaba a situarse en el punto de mira que antes ocuparon otros países, incluido el nuestro. Y acompaña Mario Draghi, el gobernador del Banco Central Europeo, dispuesto a imprimir papel para frenar la deflación en un entorno de máxima liquidez al mínimo coste.

Ahora bien, la liquidez no sustituye a la solvencia. Sólo la oculta durante un tiempo. Por eso falta que, justo ahora que -terminado el primer trimestre del ejercicio- comenzarán a retratarse las compañías, acompañen también los resultados. Y que todas aquellas impresiones se pongan de manifiesto en las cuentas de pérdidas y ganancias de las cotizadas; en las perspectivas de contratación e inversión de los empresarios; y en las de estabilidad y consumo de los contratados y sus familias.

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