Opinión

Doñana muere por las fresas

El Partido Popular y Vox han decidido que son más importantes las plantaciones intensivas de fresa que la supervivencia de uno de los parques más bonitos de España como es Doñana. Con su proposición de ley, que acabará la tramitación en junio, se aumentarán los regadíos en las zonas cercanas al parque, consumiendo los acuíferos que llenaban sus lagunas.

La comunidad científica ha dado la voz de alarma sobre la situación crítica de muchos de los humedales, algunos de los cuales como el Charco del Toro, antaño lleno de aves migratorias, se ha secado y la vegetación cubre su suelo.

Doñana se muere por la pésima gestión de los políticos andaluces que han visto cómo agonizaba, sin hacer nada, uno de los humedales con más reconocimiento internacional. Los pozos ilegales hace muchos años que fueron bajando el nivel del acuífero. Pero, en campaña electoral todo vale, y el argumentario de que “los ríos que llegan al mar pierden su agua”, creen que les va a dar votos entre los regantes.

De nada han servido las amenazas de Bruselas de multas millonarias por dejar morir el parque. Sanciones que se basarán en los informes científicos sobre las causas del desastre y que podrían suponer una denuncia de la Comisión ante el Tribunal de Justicia de la UE.

Las más de mil quinientas hectáreas de invernaderos de fresas son incompatibles con la supervivencia de los acuíferos que, hasta ahora, nutrían las lagunas de Doñana. Si a esto se le suma la sequía pertinaz provocada por el cambio climático, que va a ir a más, la gestión del PP andaluz solo pude ser calificada de catastrófica y puede que irreversible.

Dentro de una década, la joya de la corona de los parques nacionales, Doñana, será como el mar de Aral, en Kazajistán, al que la sobrexplotación agrícola ha dejado reducido a un diez por ciento de su tamaño. La desaparición de este enorme mar interior kazajo se ha considerado uno de los mayores desastres medioambientales de la historia. Cabe preguntarse qué consideración internacional tendrá la muerte del parque español.

Tanto la Comisión Europea como el Gobierno central, que ha amenazado con llevar el tema ante el Tribunal Constitucional, ya pueden darse prisa si quieren parar el despropósito de esta proposición de ley aprobada en el Parlamento andaluz. La situación crítica de Doñana no admite demoras y puede hacerse irreversible. ¡Qué futuro estamos dejando!

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