Opinión

Exportar, vender o regalar

El sector agrario y la industria alimentaria se han convertido en uno de los pilares del comercio exterior con unas ventas superiores a los 40.000 millones de euros, una balanza comercial y con un superavit de otros 10.000 millones de euros, aspectos que van camino de ser uno de los logros a reiterar en las campañas electorales.


En base a la iniciativa empresarial, y también con el apoyo de los organismos públicos, los sectores agrario y alimentario han consolidado sus posiciones en mercados tradicionales como el resto de la Unión Europa o en Estados Unidos en base a una oferta competitiva de calidad, a la vez que están abriendo mercados en países emergentes, especialmente en Asia.

En unos casos, se trata de exportación de productos excedentarios que se deben colocar en otros mercados para sostener la producción interior y tratar de mantener los precios, como sería el caso del vino. En otros, por el contrario, se produce por encima de la demanda interior, solo pensando en los mercados exteriores. Se produce para exportar desde la seguridad de ser competitivos, como serían casos tan significativos como el aceite o las carnes, especialmente de porcino.


En los últimos tiempos se están batiendo todos los record en el volumen de las exportaciones, pero menos en el valor de las mismas. Y sería bueno que, además de vender mucho fuera, se hiciera por calidad, que existe, y, sobre todo, a su debido precio, no a precios de saldo como sucede con los vinos a granel a 0,35 euros litro. Record así, no sobran, pero pierden valor.

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