Opinión

Isabel abrió el melón

Los ganaderos de leche tienen derecho a recibir unos precios por encima de los costes de producción. Y también los productores de pollos, de corderos y los de los conejos con los mercados a la baja por las estrategias de la gran distribución, y los productores de uva  y del aceite de oliva…
Al margen de la dificultad que supone  definir cuál es el coste de producción para un mismo producto, según zona o el tipo de explotación, la realidad es que, con el problema de unas elecciones a la vuelta de la esquina, la Administración popular trató de parar una guerra y de dar salida a unas reivindicaciones en territorios vivero de votos, con unas nuevas ayudas.

Pero, a la vez abrió un melón en materia de subvenciones complementarias directas a las que se sienten igualmente con  derecho otros colectivos con problemas similares en otros sectores. No hay argumentos  en manos de Agricultura para justificar que se puedan conceder ayudas a una determinada producción ante una situación de crisis y no hacerlo para otras como el ovino que lleva años en caída libre de rentabilidad provocando la desaparición de los rebaños y el pastoreo en el medio rural,  la uva en determinadas zonas grandes productoras,  el aceite ante las cosechas elevadas de los años  precedentes y los propios cereales donde los precios no compensan costes de cuando  las producciones no superan los 2.000 kilos por hectárea.


El melón abierto por Isabel G. Tejerina pone de manifiesto que, cuando hay que tapar un agujero  e interesa cerrarlo deprisa por otras razones, los fondos aparecen  debajo de las piedras de Agricultura. Es la caja B de Atocha.

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