Sobre el papel, uno de los objetivos de la reforma, al margen de la denominación de activos como destinatarios de las ayudas, por simples razones administrativas, era reducir el número de beneficiarios de las ayudas donde casi la mitad no llega a los 1.20 euros.
En las últimas campañas, los beneficiarios de las ayudas superaban los 900.000 para bajar en 2014 a unos 890.00 y caer finalmente en 2015 tras la aplicación de la reforma a unas 842.000 peticiones, cifra que en la realidad se podría rebajar a poco más de 800.000.
Esa reducción de solicitudes, bien por no cumplir las exigencias de agricultor activo o por la decisión comunitaria de no pagar ayudas este año a las peticiones que no superasen los 300 euros, oficialmente se podría considerar como un éxito. Y, lo es. Pero el mismo se queda muy corto si se mira alrededor y se constata que países con los mismos niveles de ayudas o con ayudas superiores, el número de perceptores es infinitamente más bajo con unos 390.000 en Francia, 360.000 en Alemania o los 180.000 de Reino Unido. La reforma dejo prácticamente todo como estaba.