Opinión

Política agraria mejorable

Las organizaciones agrarias, UPA, COAG y Unión de Uniones han planeta en las últimas fechas al candidato socialista a la presidencia del gobierno sus propuestas para el desarrollo de su política agraria en la próxima legislatura. Por parte de Asaja no se ha adoptado ninguna iniciativa en este sentido simplemente a la espera de conocer el resultado de los próximos debates sobre la investidura. Del conjunto de las propuestas, a la hora de hacer una valoración de las mismas, la nota más destacable sería que, casi en su totalidad, se trata de medidas sobre las que ya se halla actuando la administración agraria, pero para las que se aboga por una mejora. No se reclaman medidas nuevas en lo fundamental lo que, en definitiva, se podía valorar como un dato positivo para la propia política agraria que se hallaría en una línea de continuidad frente a los sobresaltos que se han producido en otros departamentos o sectores importantes de la actividad económica. En consecuencia, se podría hablar de propuesta para una política agraria manifiestamente mejorable, pero en la misma dirección y con los objetivos actuales. En la parte negativa se puede señalar que muchas cuestiones claves para el sector agrario siguen siendo motivo de reivindicación legislatura tras legislatura con gobiernos de uno y otro color.

Desde la perspectiva de las organizaciones agrarias, son mejorables las siguientes políticas, al margen de los problemas puntuales que se puedan producir en cada momento, como han sido y siguen siendo algunos mercados como los de la leche, el porcino o las hortalizas.

1) Relevo generacional. No se acaban de incorporar los jóvenes a las explotaciones agrarias como sería necesario, dejando a un lado la llegada al medio rural de los llamados neorurales. Entre 2007 y 2013 se incorporaron unos 14.000 jóvenes y de 2014 a 2020 se espera que lo hagan otros 11.000 en base especialmente a las ayudas contempladas en la nueva reforma de la PAC con ayudas posibles hasta los 70.000 euros. Según los pagos PAC, casi el 38% tienen más de 65 años y solamente un 17% tiene menos de 44 años. No se aborda en profundidad por qué no se incorporan más jóvenes donde, debido a la falta de recursos para poner en marcha una nueva explotación, una mayoría de las incorporaciones son jóvenes que ya se hallaban trabajando en la explotación familiar. Son necesarias políticas integrales en el medio rural para superar la falta de servicios, los problemas de los estudios para los hijos, la discriminación en la concesión de becas y otros elementos que desalientan a vivir en el medio

2) Explotación familiar. Tanto la explotación familiar como el reconocimiento a la presencia de la mujer en la misma son dos factores que requieren un tratamiento especial bien, vía una Ley de Agricultura Familiar o un Estatuto por el que se reconozca su papel social y profesional.

3) Ayudas. Es un hecho que al sector agrario, vía pagos directos o como desarrollo rural, llega una importante cantidad de recursos, aunque la distribución de los mismos estén muy desequilibrada por zonas, producciones o cultivos. Pero, es necesario abordar con mayor profundidad su actual reparto, aunque una parte importante de los mismos ya están marcados por la actual definición de agricultor activo que prácticamente abarca a casi todos lo que perciben ayudas al haber rebajado los mismos de unos 900.000 a 840.000. Se debería tener más en cuenta el papel de quienes viven en el medio rural y el de las explotaciones ganaderas pegadas a la tierra.

4) Los costes de producción han experimentado un fuerte crecimiento en la última década desde unos 15.000 hasta más de 21.000 millones de euros, donde destacan los referidos a la energía, en su día el gasóleo y de forma permanente la energía eléctrica, especialmente para los regadíos ante el poder imparable de las compañías eléctricas. La mayor viabilidad de la actividad agraria pasa por reducir esos costes de producción. Es necesaria una mayor política de control en la cadena de precios para los productos que adquiere el agricultor o ganadero.

5) Programas de Desarrollo Rural. Es imporatne su aplicación para lograr un mayor equilibrio en el territorio apoyando productos que supongan actividad en el mismo

6) El seguro agrario es uno de los pocos ejes que han quedado para dar una cierta seguridad a los productores. Al cabo d 30 años de funcionamiento, es importante ir hacia un seguro más universal, la posibilidad de ir a un seguro de rentas real y para ello es importante que el seguro esté más generalizado en todos los sectores para asegurar su propia viabilidad.

7) Recursos hídricos. Es fundamental la política del agua para un uso más racional de la misma, disponer de buenas infraestructuras para ahorro de la misma, de agua embalsada, en un momento cuando avanza el desierto en la península por el cambio climático.

8) Cadena alimentaria. Ha sido un paso positivo la aprobación en la anterior legislatura de la Ley de la Cadena Alimentaria para lograr un mayor equilibrio en toda ella desde los intereses de los productores a los de los consumidores, para la existencia de contratos en todas las operaciones y que los pagos sean según productos frescos o elaborados a 30 o 60 días. Cambiar una vieja dinámica llena de vicios no es cosa de un día y mucho más cuando se trata de muchos productos perecederos del campo frente al poder dominante, en unos casos de las industrias y en otros de la gran distribución. Agricultura ha hecho un trabajo serio en el control y denuncias en materia de contratos y pagos, pero la Ley no le da competencias para perseguir las ventas a pérdidas, competencia de las comunidades autónomas

9) Integración cooperativa. Agricultura sacó adelante la Ley e Integración Cooperativa y para la constitución de entidades cooperativas prioritarias para su crecimiento vía fusiones. La iniciativa apenas si ha funcionado en tres casos ante la falta de otros alicientes parar impulsar esos procesos.

10) Bruselas. De la Comisión Europea el sector agrario espera que el nuevo Gobierno lleve a cabo una estrategia encaminada, por un lado a disponer a partir de 2020 de una Política Agrícola Común con los recursos suficientes para apoyar la actividad de agricultores y ganaderos. Una PAC que aporte una cierta estabilidad a los agricultores y ganaderos a la hora de decidir sus inversiones y que no sea un baile de reformas cada dos años con lo que ello supone de inseguridad permanente.

De Bruselas se espera también que haya un cambio en la política de fronteras en dos direcciones. Una, para que la Unión Europea no sea un coladero en volumen y precios de productos agrarios con el consiguiente efecto negativo para los agricultores y ganaderos comunitarios. En la otra dirección, tratando de suscribir nuevos acuerdos con terceros países para que los mismos abran sus fronteras y no pongan trabas ficticias a las entradas de los productos comunitarios. Se aboga por más acuerdos y que los mismos se hallan en una línea de reciprocidad, algo que se reclama más en este momento en las negociaciones con Estados Unidos o con Mercosur.

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