Opinión

Sectores de primera y de segunda

En función que se trate uno u otro producto, que el mismo tenga una mayor o menor importancia en uno u otro Estado, la realidad es que, en el seno de la UE y en el propio Estado español, el trato no es igual a la hora de abordar la problemática de un sector en crisis.

En los últimos meses hemos sido testigos de loso esfuerzos hechos desde la Comisión Europea y, también por parte de la Administración española en días pre electorales, para aportar  recursos como pagos directos para compensar las pérdidas de los ganaderos,  aunque la realidad es que los mismos no han servido para mucho. En las cuentas  manejadas por Agricultura  se calcula que estas ayudas, junto a los incrementos derivados de la reforma de la PAC en esta campaña, ascendían a casi 10 céntimos por litro.

No hay nada que objetar a todo lo que pueda contribuir a evitar o superar la crisis de un sector. Pero, hablando de aquí y ahora, no parece justo que ante las crisis se den respuestas muy diferente y que ese mismo interés no se aplique para los ganaderos de porcino,  huérfanos tradicionales de ayudas, a los productores de con conejos machacados por la gran distribución, a  los productores de frutas y hortalizas, a los ganaderos de ovino que lleva años en la indigencia y cierre de corrales y tenadas y a los propios cerealistas.

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