Opinión

Arte en las cafeterías

Son espacios populares en los que se acoge con altruismo, y la gente de variada edad se topa con el arte, sin ideas preconcebidas como en las galerías

Hans (Jean) Arp recortaba con una sierra de calar piezas de madera para superponerlas, pegadas y pintadas, hasta formar una composición vegetal, arbórea, a la que denominó Bosque, para indicar la representación buscada desde la nueva apariencia. Sophie Taeuber hizo un retrato con un pomo de una puerta modo de rostro al que pintó formas circulares geométricas, y la llamó Cabeza Dadá. Eran ambas, en cierto modo, expresión artística desde materiales plásticos no tradicionales. 

Así lo hallamos ahora en el Alixo de Esperanza, que se expone en la sala de eventos de El Cercano, la cafetería cultural de Ourense. Allí la profesora Esperanza González Doniz, desde las fórmulas del reciclaje, muestra sobre paneles unas vistosas construcciones que sugieren un skyline de grandes ciudades, Shanghai, Tokio, quizás Dubai,… o ninguna de ellas, pues es el azar en realidad, y la abstracción, los que imponen sus normas a las obras, intensamente polícromas y con luces. 

En la penumbrosa y sugerente sala postrera de El Cercano suena música ambiente de acordes tranquilos de la autoría de Suso Janeiro, su hijo, músico terapeuta. En la fachada, tras el cristal-escaparate hay otra estructura. En ella hay braille, en recuerdo a su madre que quiso seguir leyendo tras perder la vista a edad provecta. Más en la línea tradicional está el Colectivo Artistas Neos Art en el Café Isaac. Abalde, Solveira, Mirand y Elssa colocan algunas obras pictóricas en el pequeño local, unido desde hace lustros al ámbito cultural de la ciudad, también por la música en directo. 

En estos días con el Caspervek trío y el cine clásico de fondo, Amanecer, del gran Murnau o La madre, de Pudovkin. 



Narciso Corral 

en Trampitán

Hay un Especial Entroido en el significado local en el extremo del espolón de la Praza Maior, al lado del Museo Arqueolóxico, vetusta sombra ocluida. Con la Pita de Eiroás, a un lado, y en el otro un pedagógico panel de la provincia y su amplio elenco de manifestaciones del tiempo de Carnaval, el artista de la acuarela da rienda suelta a su vertiente de maquetista. 

La paradigmática Pantalla de Xinzo de Limia, comparte pared con el Cigarrón verinense, el Peliqueiro de Laza y, quizás, el Felo de Maceda, pues son tres las variantes festivas estacionales de un sólo concepto. 

Con ellos está el Boteiro de Vilariño de Conso y el Vergalleiro de Sarreaus. Son relieves, apenas, busto escultórico en el caso de la limiana, un variado tema plástico con el que ya se identifica desde hace años a Narciso Corral Gómez, quien plasma un sentimiento y una emoción, raíz de nuestra tierra. Tres cafeterías en el elenco de muestra, entre las varias de la ciudad, dos con programación cultural más habitual, a la que añadir Trampitán. 

Son espacios populares, en los que se acoge con altruismo, y la gente de variada edad se topa con el arte, sin ideas preconcebidas como en las galerías de arte, en un horario comercial o de ocio. Ellas configuran, a no dudarlo, el cultivo del espíritu libre del arte en la vieja Auria.

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