Opinión

Muchas horas de tablao

Por dios, ¿dónde has visto tú un tablao flamenco en Galicia?", dudaba un colega que a veces soporta el castigo de comentar el enfoque para rellenar el folio sin saber que lleva muchos años padeciendo uno debajo de su casa, aunque descreídos los quiere el engaño. 

Galicia fue tierra de tablaos sin flamencos ni flamenco. Dos centenares llegaron a estar abiertos, según la cuenta echada por la Federación de Salas de Fiestas y Discotescas de Galicia (Fesdiga) a principios de la década para denunciar una pillería que permitía a un establecimiento tener la trapa levantada hasta las cinco y media de la madrugada sin cumplir los requisitos de una discoteca. La trampa legal se multiplicó a raíz de un decreto aprobado por la Xunta en 2005 para regular el horario de los espacios de ocio.

En Andalucía operaban 61 tablaos, en Galicia se habían concedido 200 licencias con arte. 43 se calculaba de manera generosa sólo en Santa Comba, aunque eran menos y fueron desapareciendo a raíz de la inhabilitación durante cuatro años en 2012 por prevaricación del regidor, José Toja. La denuncia había sido presentada por los empresarios de discotecas cansados de la treta administrativa. Con el desarrollo de la Lei de Espectáculos Públicos se sella la rendija del tablao flamenco en la tierra de la gaita,según anunció a principios de semana Santiago Villanueva, director xeral de Emerxencias e Interior, y los que quedan tendrán que pasar a la categoría de sala de fiesta o discoteca. 

El personal que acudía a tomar la penúltima al garito dejajo de la vivienda del colega, a pesar de que el dueño pastoreaba a la clientela, cuchicheaba sobre la permisividad policial con el fulano cuando las palmas eran administrativas. 

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