Opinión

En la trama urbana de Ourense

Es ‘Alicerces’ una pedagógica exposición de hondo contenido histórico en el corazón de Ourense. La evolución urbana de Ourense en los últimos quinientos años es el tema, que Xunta de Galicia y Afundación financian al Museo Arqueolóxico, institución que se encarga de desarrollarlo con la coordinación de Avelino Rodríguez en la sala que aquella tiene en la Plaza Mayor. La amplia presencia de documentos manuscritos con textos de interés, como el de un litigio entre vecinos en la Rúa das Tendas, con un dibujo de las casas, nunca había sido expuesto, al igual que algunas piezas arqueológicas, lo que sus promotores destacan, y que debemos entender como un reavivar el interés hacia un Museo que está con las Musas desde hace quince años...

En la sala de la plaza se presenta, en una distribución compartimentada en extremo, vídeos con la evolución de la Casa Consistorial desde 1696 y la reconstrucción de la ocupación del espacio en el estrecho valle, nacido en el entorno de A Burga y sus surgencias de aguas calientes, sobre el cauce del Barbaña, que rompen las puertas-vados de las calles de nuestra pequeña Babel de cristianos viejos, judíos y cristianos nuevos. Así, hacia el norte, principalmente, va creciendo y ocupando la hoya geográfica. La vieja cerca medieval se rebasa y desaparecen puertas como la de San Miguel, Corredoira o Pía da Casca.

Destaca el peso de las infraestructuras y, como no podía ser de otra manera el del recorrido por la importancia del agua, memoria de lo que somos como ciudad. A ello ayudan viejas fotos y planos, como el que muestra la captación de aguas de Montealegre hasta la Plaza del Trigo (antes ‘das Olas’), y la antigua disposición de la del Hierro, con la fuente que proviene del monasterio desamortizado de Ribas de Sil. Aguas potables, recipientes para su conservación, y también un bacín para las ‘aguas ynmundas’ que todavía en 1802 se arrojaban a la calle sin previo aviso, como señala un documento firmado por el Regidor Reynoso. 

En el sótano se muestra un itinerario ligado a las viviendas, con azulejos y alguna pieza exterior de madera, un fragmento mural pintado por Jesús Soria, y planos originales de los Baños do Outeiro, una fuente de Felipe Bouza, y una casa que firma Daniel Vázquez. Los tiempos modernos del tren, y las sucesivas estaciones en el Ayuntamiento de Canedo, entonces convecino, se muestra aunque echemos en falta, entre otras, las decisivas modificaciones decimonónicas en el Puente mayor, y las instalaciones que dieron origen a Salesianos y Diputación, en la arteria de comunicación del Progreso, que se convertirá en calle, con la plaza de Abastos. Ésta, las reproducciones en 3D de la Porta da Aira, Hospital de San Roque en la Alameda, y convento de los Dominicos, que ocupaba el edificio de Hacienda, lucen vistosos, y también el Gran Hotel Balneario de A Burga, nunca construido... El nacimiento de la Plaza  de Santa Eufemia o el sentido recuerdo de la "Pobre Asunción" en el cementerio, fallecida por violencia de género no faltan. 

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