Opinión

“A nosa Arxentiña”

La postal del Obelisco en la plaza de la República de Buenos Aires, que el domingo se abarrotó de dos millones de personas para festejar el triunfo de Argentina en el Mundial de Catar, decoró miles de hogares gallegos por las letras de los seres queridos que llegaban de la emigración. Antes de que se disputase la final contra Francia, el diseñador coruñés Antón Lezcano, con raíces ourensanas, subió a las redes sociales una ilustración que va camino de ser icónica como su bandera de Galicia con la vaca por compendiar en un dibujo y tres palabras el sentimiento de gratitud de un pueblo. Debajo de la bandera gallega adornada con el Sol de Mayo o el Sol Incaico de la enseña argentina trazada por Manuel Belgrano en 1812, enviaba su aliento con un juego de palabras caralludo para un gallego: “A nosa Arxentiña”. Debajo añadió  “Forza, carajo”. El diseño se viralizó con la misma intensidad de un gol.

La exposición de motivos de Antón Lezcano para justificar su trabajo ya le gustaría a alguna ley alumbrada por el Congreso: “Fixen isto para que non esquezamos nunca quen nos ricibiu cos brazos abertos cando máis o precisábamos. Moita sorte na final”. Messi ya tiene el Mundial que le permite sentarse a la mesa de Maradona, el jugador número 12 la tercera copa con la que tanto soñó y el mundo salió a celebrarlo tras la tanda de penaltis contra Francia. En la coruñesa plaza de Cuatro Caminos, que tan bien conoce el seleccionador argentino Lionel Scaloni de su etapa como jugador porque en esa fuente el deportivismo celebró dos ciclos prodigiosos con una Liga, dos Copas, tres Supercopas y unas semifinales de Champions, se concentraron unos 2.000 pibes llegados desde varios puntos de la provincia.

La canción “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” de La mosca Tsé-Tsé fue la banda sonora de muchas calles del planeta. Y esto sucede porque el país que dio grano a Europa durante la Segunda Guerra Mundial está en los huesos y los argentinos se ven obligados a salir para ganarse la carne como tuvimos que hacer los gallegos el siglo pasado. Algo parecido sucedería si en vez de sumar Argentina la tercera estrella de campeón a su remera, España sumase la segunda a su camiseta. Otra generación de nuestra “xentiña” está fuera.  

Te puede interesar