Opinión

Un afilador en cada esquina de A Coruña

Un abogado coruñés que remueve la marmita del politiqueo llamó ayer por un arrebato de ourensanía que firmaría el mismo Baltar en vez de cantar el menú del día que sirven los partidos como es costumbre: “Acabo de salir de los juzgados y esto ya parece Vigo dos. En cada esquina de A Coruña te encuentras a un afilador”. Durante una conversación informal entre togados salió el tema de los orígenes. Al comentar que en Prexigueiro, donde parten sus raíces, hay unas termas con un circuito de inspiración japonés que es recomendable visitar, se encontró con que no les estaba descubriendo el agua caliente. Uno de los interlocutores también es de Ribadavia y el otro de O Carballiño. “Lo mejor es que una jueza nos escuchó y dijo: ‘Pero si yo también soy de Ourense”.

Si la conversación se hubiese celebrado en el Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC) entre galenos, el resultado sería parecido. Hasta la hija de un colega ourensano acaba de iniciar la residencia en la hospital coruñés, sumándose a una nómina amplia de sanitarios con la misma procedencia. “Vas por los Cantones y salta Ourense”. La anécdota del letrado propició un repaso a referentes de la “terra da chispa” que uno se puede cruzar durante un paseo bajo las galerías de la Ciudad de Cristal. Desde arquitectos con premio nacional como Manuel Gallego Jorreto, natural de O Carballiño al igual que Felipe Senén, arqueólogo y museólogo; a Miguel Ángel Cadenas, expresidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y miembro de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y nacido en Ourense; o un buen puñado de periodistas.

La exaltación de una provincia sorprendente se estrella contra datos como el que avisa de que en Ourense sólo resisten 1,1 trabajadores por cada pensionista mientras la media gallega es de 1,53 y la estatal de 2,23. El compañero Antonio Nespereira firmó el fin de semana un esclarecedor artículo sobre las oportunidades perdidas tras ver pasar las agencias estatales de inteligencia artificial y del espacio frente A Coruña y Sevilla. Reflexionaba con sorna que para la decisión del Centro de Indiferencia Natural no tendría competencia. El talento está en los genes de un pueblo que conquista el mundo, sólo hace falta afilar el optimismo. 

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