Opinión

Al examen esquiando

A la incompetencia manifiesta del Gobierno central para apretar las clavijas a las concesionarias de las autopistas que anteponen la caja a la limpieza de un vial de pago, a pesar de estar anunciada una nevada, hay opiniones que también apuntan a la osadía inconsciente de algunos conductores por salir a la carretera sin cadenas, neumáticos de invierno, ropa de abrigo o el depósito lleno de combustible. Es cierto que se han producido determinados casos como los fulanos que decidieron subir en un todoterreno al pico asturiano El Angliru desoyendo la alerta y cuando el camino ya estaba cubierto de nieve. Ante la imposibilidad de llegar hasta el vehículo atrapado, el 112 les recomendó que descendiesen a pie, pero los niñatos se quejaron de que no les enviasen un equipo de rescate porque calzaban zapatillas deportivas y uno de ellos sólo vestía una camisa. 

Esta situación de imprudencia en nada se parece a los 3.000 vehículos que se adentraron durante la tarde de Reyes en la ratonera de la AP-6 a su paso por los municipios segovianos de Villacastín y San Rafael porque no se avisaba de la complicada situación en los paneles informativos y siempre se recomienda utilizar autovías y autopistas en vez de carreteras nacionales en caso de condiciones meteorológicas adversas. El Gobierno ha abierto un expediente a Abertis, aunque tienen más posibilidades de prosperar las demandas que prepara la Asociación Galega de Usuarios y Consumidores (Acouga) y otras plataformas para reparar el daño causado a los afectados. 

Ayer continuó nevando, el tráfico estuvo cortado por momentos en la A-52 a la altura de A Gudiña y 152 alumnos de la provincia de Ourense se quedaron sin clase. Leyendo la noticia en la página web de este periódico, la memoria se fue a una anécdota que contó una doctora en Economía sobre las duras condiciones de hace tres décadas. Una fortísima nevada había sacudido la montaña leonesa el día antes de un examen importante que había preparado con mucho esfuerzo y, como el transporte escolar no podía circular por la carretera, decidió descender hasta el instituto esquiando para no perderse la prueba. Fue la estrella del  colegio, los irresponsables de El Angliru, el hazmerreír de la montaña. 

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