Opinión

Angrois, Zaragoza

Negar una comisión de investigación con técnicos independientes sobre la tragedia de Angrois como lleva tiempo exigiendo la Plataforma de Víctimas del Alvia 04155 es una indecencia que censura hasta la Comisión Europea. Es legítima y plausible su lucha para que se esclarezca si Fomento estableció los medios necesarios que corrigiesen un posible despiste del maquinista, pero también sorprende que el siniestro sucedido en Santiago se debata en los plenos de ayuntamientos como Barcelona, Madrid o Zaragoza.

La capital maña se sumó ayer a las ciudades que en las últimas semanas solicitaron la apertura de una comisión de investigación en el Congreso para depurar responsabilidades políticas. Y aunque sería una canallada criticar el posicionamiento de estas corporaciones, también es cierto que hay posturas que desprenden un tufillo a pose. Hasta la asociación de víctimas considera más decente la negativa rotunda desde un principio de Ana Pastor cuando era ministra de Fomento que el cambio de parecer de Íñigo de la Serna. Impulsó una moción en la misma línea cuando era alcalde de Santander y dejó de considerarla necesaria cuando asumió la cartera ministerial. 

Un gobierno local, sobre el papel, tendría que centrar sus esfuerzos en mejorar la vida de sus vecinos en vez de discutir sobre temas en los que no tiene competencias. La ciudadanía podría interpretar estos gestos como una manera enmascarar los problemas. Hay alcaldes como el nacionalisa Miguel Anxo Fernández Lores que anteponen siempre su ciudad. Distanciado ideológicamente de Núñez Feijóo, no tuvo problema en reconocer que salía de la reunión con el presidente de la Xunta "muy contento". Ayer lo prioritario era amarrar inversiones para Pontevedra.

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