Opinión

Los anuncios del ya se verá con el covid

Al mediodía la panadera tenía tan claro que el Gobierno central prohibiría reunirse a más de seis personas no convivientes y hasta la una de la madrugada en las cenas de Nochebuena y Nochevieja como que el personal va a pasarse la norma por un cribo de un solo agujero. A media tarde, la peluquera del barrio doblaba por el eje con la carcajada tras recibir una alerta en el móvil en la que el Ejecutivo aseguraba que no hay nada decidido con la celebración de las fiestas y espera llegar a unas recomendaciones conjuntas con las autonomías. "Que no me libro de aguantar a primos, cuñados y demás familia", comentó mientras aprovechaba el rato de descanso para castigar el pulmón en la puerta del establecimiento.

Para colgarse la medalla de la alegría todos se apuran y políticamente es comprensible, como también hicieron los presidentes de Galicia y de Asturias para ser los primeros en iniciar la desescalada de la ola inicial de covid-19 para recibir el verano y al turismo, aunque con el paso del tiempo estas dos autonomías corren suerte dispar respecto al número de contagios. La tierra de la sidra sale peor parada que el país del licor café. Correr para trasladar al patio público el borrador que empareda la Navidad un día antes de ser consensuado en el Consejo Interterritorial no es una estrategia con demasiadas luces. La queja por este motivo del responsable de Sanidad de Andalucía está cargada de razones, como también la del lenhendakari por el plan de vacunación anunciado por el presidente Sánchez sin contar con la opinión de las comunidades autónomas y sus presidentes, que por cierto son la autoridad delegada en este estado de alarma.

 Ante un mismo problema se requieren soluciones distintas y esa es la fortaleza del Estado de las autonomías. Puede que al consejero de Educación de Castilla-La Mancha, donde un manantial asienta a la población, las rutas del transporte escolar gallego le parezcan un pozo sin fondo –las críticas a ley Celaá por el uso de los idiomas cooficiales en la enseñanza desprenden un tufo a revenido–, y por eso es conveniente que el administrador y el administrado sufran el mismo bache. El plan para estas navidades es que todavía no hay plan. Se sabe la propuesta y después ya se verá. 

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