Opinión

Aquí unos votos

La situación puede ser muy curiosa tanto por la derecha como por la izquierda. A un alcalde que consiguió la mayoría absoluta bajo las siglas del BNG, hizo campaña por En Marea en las últimas autonómicas y en estas municipales ha armado una candidatura de ámbito local, se le acerca un vecino con sensibilidad rupturista para asesorarse sobre a quién votar en las generales. 

Y el regidor, después de una vida soñando con una gran corriente de cambio, tendrá que debatirse entre pasar de hacer campaña para el 28 de abril, con lo que desaprovecha una oportunidad para asentar su nueva marca mientras regala foco mediático a los candidatos de las formaciones tradicionales un mes antes de que se ponga en juego el bastón de mando, defender la apuesta de Luis Villares para intentar consolidar la sorprendente irrupción de En Marea en el Congreso o sumarse a Galicia en Común, coalición formada por Podemos y Esquerda Unida, pero en la que finalmente no estará Anova con el indiscutible gancho de Xosé Manuel Beiras, ni tampoco Marea Atlántica. Y el alcalde sigue siendo para el electorado más veterano "o do BNG". Un lío que puede devolver un proyecto sin grandes diferencias ideológicas a la casilla de salida por la composición de las listas, lamentando lo que pudo haber sido como la imagen de lo que queda atrás en el espejo un retrovisor roto. 

La irrupción de Vox por la derecha también preocupa a los populares gallegos de cara a las elecciones generales, más que la derechización de Ciudadanos, que será rival en las municipales al tener avanzadas sus candidaturas, según se puede inferir de las declaraciones de su secretario general, Miguel Tellado. Ayer respaldó la propuesta de su líder, Pablo Casado, sobre la conveniencia de que Vox no se presente en las circunscripciones pequeñas para aprovechar cada sufragio, pero como Santiago Abascal le respondió que no se presenten ellos en una red social, Tellado ya apela al voto últil: "La gente puede votar lo que quiera, pero estoy seguro de que muchos votantes potenciales de Vox en ningún caso quieren que gobierne Pedro Sánchez". 
Hace un año nadie podía presagiar la aparente estabilidad de Pedro Sánchez y del PSOE, pero hay que contar votos. 

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