Opinión

Con ocho basta

El poder engancha tanto como la nicotina. Y es habitual en la especie humana creerse imprescindible, cuando a lo máximo que alguien puede aspirar es a que lo consideren irrepetible. Ciudadanos registró ayer en el Congreso un proyecto de ley para limitar a 8 años consecutivos el mandato del presidente del Gobierno.

La iniciativa presentada por Albert Rivera se debatirá en otoño o en invierno y Pablo Iglesias, líder de Podemos, ya ha manifestado que "esta música le suena bien". Al PP tampoco le disgustaba la melodía cuando firmó el paquete de medidas con la formación naranja para continuar en La Moncloa, pero a medida que va pasando el tiempo comienza a apreciar problemas porque Mariano Rajoy no podría repetir como candidato de su partido, a no ser que precipitase la conclusión de la legislatura para conservar la silla. 

Al finalizar la Junta Directiva Nacional del PP celebrada en Madrid, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, salió en defensa de su líder argumentando que el límite ya se establece con cada proceso electoral: "Tenemos un mandato limitado a cuatro o cinco años, y transcurrido ese tiempo, tiene uno derecho a presentarse y el conjunto de españoles te votan o no (...) Limitar el derecho civil que es poder ser candidato, es ir contra los derechos de los ciudadanos y no me parece correcto".
Hay que reconocerle al presidente gallego que se ha currado la disculpa, pero convendremos que es positivo sabanear la casa cada cierto tiempo para evitar el desgaste y la tentación.

José María Aznar apostó por entregar la cuchara a los ocho años y pasaría a la historia como el presidente de la recuperación económica –ni la reforma de la ley del suelo se apuntaría en su debe– si no se hubiese empeñado en defender la injustificable guerra de Iraq por compadrear con George Bush. Dos legislaturas son suficientes para finalizar un proyecto tras tomarle las medidas al cargo. Más tiempo propicia que creas que te han regalado un cortijo como le sucedió a Felipe González o a los socialistas Manuel Chaves y Griñán en Andalucía. También a Manuel Fraga le sobraron los últimos años en San Caetano, pero llegó a creer que podía conseguir mayorías absolutas incluso tambaleándose. Con ocho basta, como aquella serie de finales de los años 70. 

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