Opinión

Del breve a las cinco columnas

Hasta hace no mucho tiempo, en las páginas del periódico podía comprobarse los pasos y la evolución de un político con el propósito de hacer carrera. Para militar en un partido se necesitaba el aval de un compañero con años de carné. Se trataba del primer cribo. Pasado un tiempo, al voluntarioso aprendiz le permitían protagonizar una rueda de prensa que, si había suerte, aparecía reflejada en un breve, a veces por compasión del periodista. Después y con algún asunto de más enjundia que los temas de fogueo, conseguía mojar en un faldón y de ahí se producía el salto a una pequeña entrevista con foto hasta  que llegaba el momento de protagonizar las cinco columnas. 

En todo ese tiempo, a la vocación se le añadían capas de formación. El militante aprendía el oficio y a responder sin dar la impresión de estar repitiendo un argumentario como un contestador automático. En ocasiones incluso acababa dominando el tema por haber soportado horas de reuniones con compañeros más experimentados. El premio a la dedicación sin soldada era un sitio en los puestos de salida en una candidatura. Así se evitaban meteduras de pata como la del popular Suárez Illana retrocediendo hasta los neandertales para traer al presente el tema superado del aborto. El hijo de Adolfo también resbaló con estrépito en 2003 cuando se enfrentó a José Bono para presidir Castilla-La Mancha.

El arrebato repentino por servir desde la política tras la propuesta inesperada del líder de un partido indica inconsciencia del que acepta y desesperación del que propone. En las candidaturas del 28-A sólo falta un chimpancé, como diría Beiras. Hay toreros, periodistas, víctimas del terrorismo, militares retirados, jueces y hasta la tía de Santiago Abascal encabezando la lista al Congreso de Vox por Ourense cuando reside en Vitoria. Paracaídistas siempre ha habido. Aunque no es lo mismo, la ferrolana Yolanda Díaz encabeza en esta ocasión la lista de En Común Unidas Podemos por Pontevedra porque Antón Gómez-Reino se quedó el puesto en A Coruña. También el vigués Enrique Curiel, ya fallecido, consiguió en los años 80 acta de diputado con Izquierda Unida por Córdoba. Y después se preguntarán por qué baja la militancia. 

Te puede interesar