Opinión

Diez minutos

Demorar la decisión sobre lo inevitable puede acabar siendo muy cansino. Todavía resuena el eco de las últimas elecciones, los gobiernos municipales, provinciales y autonómicos en 13 comunidades están por constituir, como también el central, y el futuro de Alberto Núñez Feijóo en Galicia regresa al patio político. El domingo por la tarde alguno ya lo imaginó haciendo, otra vez, las maletas para centrar el PP desde Génova y deshaciéndolas por la noche cuando las alianzas concedieron a Pablo Casado la posibilidad de regresar a la Alcaldía y conservar la Comunidad de Madrid. 

Ayer fue el propio presidente de la Xunta el que deslizó la posibilidad de volver a presentarse en 2020 durante la sesión de control en el Parlamento para enfriar los ánimos de los socialistas gallegos tras los últimos resultados electorales. Y puede seguir con la finta hasta que haga uso de la prerrogativa para convocar elecciones. 

En Lugo, la alcaldesa en funciones y candidata a la reelección, la socialista Lara Méndez, se reunió con Rubén Arroxo, representante del BNG, durante "diez minutos" para deicidir si los equipos negociadores iniciaban los contactos o no lo hacían. Dicen los expertos que las reuniones de más de 20 minutos acaban resultando una pérdida de tiempo. En Lugo les sobraron diez para estar más cerca de contar con un gobierno estable durante todo el mandato. 

La euforia de los socialistas gallegos es comprensible. Cuentan con el Gobierno central, seguro con tres diputaciones a la espera de lo que suceda en Ourense, con seis de las siete ciudades y la potra acompañada de tenacidad del talismán Sánchez para preparar el asalto de Gonzalo Caballero a San Caetano. 

La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, se quejó ayer a través de su cuenta de Twitter de que Javier Losada, delegado del Gobierno en Galicia, no invitó a la Xunta a una visita instituicional por la puesta en servicio del tramo Arzúa-Lavacolla de la A-54, como antes había hecho con un paseo por las obras del AVE. Para Ethel Vázquez se trata de "un acto inédito que se convierte en una mala costumbre". Que no espere ni agua. La campaña a las elecciones gallegas ha comenzado y el PSdeG ya tiene candidato. 

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