Opinión

El profesor en la tarima

Sostiene un capellán castrense que el respeto se fue al garete cuando se eliminó en los colegios la tarima que diferencia la parcela del maestro de la de los alumnos. La reflexión fue tomada en un principio con reservas porque la sotana también metía un miedo del copón entre dos mundos, pero el sacerdote que dedica la jubilación a labrar las tierras de sus padres con un viejo tractor y a oficiar misa en su pueblo cuando el párroco se lo pide, abundó en la explicación a la salida del oficio. El auditorio, de unos 80 años de media contando con la rebaja del chófer de anédotas que se detuvo a saludar al animado corrillo, indicaba con la cabeza que volvía a comulgar, esta vez con lo que predicaba el cura sin estar destrás del púlpito. 

"El profesor puede a veces bajar a la altura de los alumnos, pero los alumnos nunca pueden estar a la altura del profesor". Amén. Y los coscorrones cuando eran merecidos contribuían a que la chavalada caminase sin torcerse por el centro escolar antes de que la vida pusiese a cada uno en su sitio. Un youtuber, oficio que consiste principalmente en protagonizar mamarrachadas,  irrumpió disfrazado de payaso en una clase del instituto Muralla Romana de Lugo para propinarle a un  profesor un tartazo sin aviso previo. El tipejo fue detenido y el que lo grabó indentificado por la pestañí. Más papeleo. Hace un par de décadas los papeles hubiesen sido distintos. 

En Cataluña siempre han sido unos fenómenos con la propaganda. Y aunque puede ser loable, y casi una obligación como dicen en Cuba, el ímpetu revolucionario de los jóvenes, Europa no parece muy permeable para que cale el mensaje victimista porque cada Estado tiene sus alharacas y la manera de resolverlas es parecida. Londres acaba de prohibir las protestas climáticas de Extinction Rebellion, París también recurrió a la fuerza contra los chalecos amarillos. El president Torra anima a los chavales en el asalto al aeropuerto del Prat por la sentencia del "procés", manda a los Mossos a repartir para no acabar en el trullo y ahí siguen chupando palos. El independentismo catalán tiene un problema de cálculo con la seducción de la sedición. Inés Arrimadas encabezó la lista más votada en las autonómicas. Flipante, sí. Algunos tendrían que volver a clase. 

Te puede interesar