Opinión

El sapo cuanto antes

Era costumbre en este oficio pasar las últimas horas de las vacaciones en la Redacción para coscarte de lo que había sucedido durante los días de desconexión informativa. Con el Gobierno central en funciones y ejecutivos provinciales y doce autonómicos por constituir, las negociaciones políticas se suceden bajo una perezosa imagen de inmovilismo en las posiciones y amenazas de fogueo. 

Con internet ya no es necesario escudriñar en la colección de ejemplares reservados para el archivo o buscar por las mesas de los compañeros un número que se resiste para completar lo publicado sobre un tema, pero según aventura Pablo Iglesias de sus sensaciones durante los encuentros públicos y secretos con Pedro Sánchez, un periodista podría pirarse de vacaciones julio y agosto dejando la crónica escrita sobre la formación del próximo Gobierno de coalición en septiembre. 

Pedro Sánchez parece decidido a ir a la sesión de investidura el 16 de julio sin haber cerrado el apoyo de Unidas Podemos y será como ir para nada o para decirse más de lo que ya se dicen en los medios, a no ser que el ciudadano Rivera vuelva a virar e interprete que si "no es no", entonces es sí, como quiere la patronal e insinúa Pablo Iglesias que desea el PSOE, desatendiendo el sentimiento de la militancia a cambio de liberarse de las condiciones del independentismo. Pero como Albert Rivera no parece querer corregir la escora a la derecha a pesar de la pérdida de destacados militantes como Toni Roldán o Javier Nart, habrá acuerdos para contentar a Vox y no perder la comunidad de Madrid. Serán secretos, pilotados por el PP o por el portero del edificio, pero mandará la derecha. 

Y se tragarán el sapo de lo que se han dicho. Todos. Como después hará Pedro Sánchez.  Mariano Rajoy va camino de seguir sumando plusmarcas. Aparecerá en la historia como el líder del PP que consiguió 186 diputados, como el presidente que gobernó más tiempo en funciones, como el primer presidente en caer por una moción de censura y es probable que sea el último en gobernar con mayoría absoluta. Y cuando se sabe que los pactos serán imprescindibles, mejor es tragarse el sapo cuanto antes como hicieron Manuel Baltar y Gonzalo Pérez Jácome en Ourense.

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