Opinión

El entusiasmo acartonado

Con menos de 25 años renunció a la comodidad de la ventanilla en una entidad bancaria para montar un bar en A Coruña; a los 30 traspasó el garito cuando aún se pagaban unas buenas perras y comenzó con la distribución de bebidas; pasados los 40 no le ha quedado más remedio que profundizar por necesidad pandémica en el mercado online, donde se ha topado con unas posibilidades de negocio que no esperaba. A Álex no le va mal y le puede ir muy bien a poco que mejore la crisis sanitaria con la vacunación masiva, pero el desánimo ha comenzado a prender hasta en los entusiastas impenitentes. "Durante el confinamiento pensaba que la recuperación sería inmediata, pero empezamos a ver normal el cierre de bares que llevaban décadas funcionando a tope. ¿Y a qué se va a dedicar toda esa gente, porque aquí producimos poco?".

La Asociación Industrial del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime) difundió ayer el informe de 2020 que registra la pérdida de 300 empresas, una facturación de 12.038 millones, con una caída del 12%, y un total de 57.345 trabajadores, un 2% menos que el ejercicio anterior al covid. "La gente se pega por conseguir una plaza en Correos, que está bien, pero yo no me conformaría con ganar 1.300 euros de por vida cuando el alquiler de un piso ya son 600".

Para florear los envíos se pasó dos meses buscando una empresa que le hiciese las cajas de cartón en Galicia. "Casi ninguna me contestó tan siquiera y la que lo hizo sólo enchufa la máquina para hacer cajas por kilómetros. Flipé con los catalanes, con el primer correo electrónico ya estaban llamando para hacer negocio". Una firma de La Rioja acabará fabricando cajas de cartón para la tierra en la que el eucalipto es invasivo. 

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