Quién por una tunda no hace lo que quiere?", pensábamos de cativos mientras madre aplicaba la zapatilla las noches que regresábamos tarde. "No las hagas y no las temas", predicaba para que aprendiésemos que las acciones acarrean consecuencias. Evitable era el retraso, inevitable el castigo por saltarse la hora convenida.
Evitable pudo ser el asesinato del aficionado del Dépor en el Manzanares si las fuerzas de seguridad hubiesen recibido la orden de estar preparadas ante un previsible encuentro entre miembros radicales de los Riazor Blues y del Frente Atlético, aunque convendremos que era inevitable que volviese a morir alguien como ya ha sucedido antes con el pretexto del fútbol. La Delegación del Gobierno en Galicia dice que avisó del viaje, la de Madrid afirma que no recibió la alerta. Que si el responsable de seguridad del Dépor comunicó a un inspector de A Coruña el traslado de un autobús de abueletes y que éste no lo anunció por considerarlo irrelevante, que si... Hasta se jugó incomprensiblemente el partido con un hombre a punto de morir porque en la Federación no se atiende el teléfono el día que marca para jugar al fútbol. Mientras se ponen de acuerdo sobre los responsables de tanto despropósito y encuentran a los autores del crimen, es innegociable que de una vez por todas se decida erradicar la permisividad que muchas directivas han tenido con los aficionados violentos en los estadios de fútbol, ya sean de derechas, de izquierdas, de centro o de canto.
Inevitable también puede ser que a otro zumbado se le ocurra atracar una sucursal bancaria, como sucedió en Vigo la semana pasada, y liarse a tiros con los agentes que intentan detenerlo, pero quizá hubiese sido evitable la muerte de la policía Vanessa Lage si vistiese chaleco antibalas. El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Alberto Martínez, denunció después de una concentración en recuerdo de la compañera fallecida que de los más de 3.000 agentes que hay en Galicia sólo 306 disponen de chaleco. El dato resulta escalofriante en un país que se ha malgastado el dinero a 'esgalla'. No quieren "actos solemnes ni homenajes a título póstumo", afirman en un manifiesto, sino medios para que no vuelva a ser inevitable.
