Opinión

Fabada para ocho en casa

El parte de nuevos contagios y muertes por covid de cada jornada tendría que atravesarnos como una descarga de responsabilidad. La cuenta espeluzna tanto si se aplican medidas duras para contener la propagación de la pandemia como si se apuesta por restricciones más laxas. Reino Unido registró 40.000 positivos y 1.401 fallecidos, España computó 42.885 contagios y 400 muertes. Galicia también sigue batiendo plusmarcas al sumar 1.800 casos positivos en un día. 

El desconcierto de los que están al mando es del tamaño de la amoralidad de algunos representantes públicos para saltarse la cola de vacunación, pero a esta versión de picaresca no hay que dedicarle más tiempo del necesario para castigar la trampa. A falta de soluciones, la política se dedica a trasladar la culpa por elevación a la siguiente ventanilla y propone fórmulas magistrales que el tiempo se encarga de rebajar. También el personal intenta pasar la responsabilidad del contagio a la  generación más joven. Los adolescentes y universitarios se comportan con la inmadurez de la edad, pero el ejemplo de los adultos tampoco espejea.

Una profesora comenta a una colega con tono festivo que este fin de semana va a preparar fabada para ocho en casa por si se quiere sumar al banquete. Se puede inferir que la peña responde al toque de queda adelantando los planes aunque estén prohibidos o resulten imprudentes. El virus se multiplicará sin pedir permiso como alguno sea asintomático y no hay literatura sobre la contagiosidad de las ventosidades. El encierro brutal ha demostrado que funciona, pero la pobreza vive al día o de prestado y algunas cabeciñas están ya para encamisar. El próximo finde, hospital o cocido.  

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