Opinión

El foco en el Luis equivocado

A ver si hay suerte y Rubiales sustituye a Lucho esta noche". Más que un deseo, el mensaje enviado en caliente por un cineasta vigués al concluir el estreno de España en la Eurocopa con empate es retranca alambicada. La facilidad de Luis Enrique para poner la cara en la dirección del guante no puede evitar los palos a Morata por su puntería estrábica, pero también es posible que el mosqueo esté enfocando al Luis equivocado. La afición señala al seleccionador y a Morata, Luis Enrique apunta al estado del césped como haría un incapaz y esa parcela es competencia del presidente de la Federación al que se le tuercen los torneos del máximo nivel antes de pifiarla en el campo. Sin hechicero no hay hechizo. 

Luis Rubiales zancadilleó las opciones de España en el pasado Mundial de Rusia con la destitución fulminante de Julen Lopetegui antes de empezar el torneo al anunciar su fichaje por el Real Madrid para evitar suspicacias. La transparencia no siempre está bien vista. Fernando Hierro se tragó el sapo en el banquillo, pero abandonó la dirección deportiva de la Federación al hacer las maletas antes de cuartos por caer en los penaltis contra la selección anfitriona.

Luis Enrique se queja del estado del césped de La Cartuja, un estadio que no quieren ni los propios sevillanos. Inglaterra juega en Wembley, España en un solar al que se le busca uso por no emplear dinamita. Por Europa se ven unos campos fabulosos, pero aquí se cambia San Mamés por La Cartuja, supuestamente por la incidencia de covid. La pandemia echó un cable al Gobierno vasco para no verse obligado a disculpar las banderas de España colonizando Bilbao. Hubiesen preferido acoger a Escocia, otra nación sin estado como se consideran los independentistas vascos, catalanes y gallegos. Y la selección se fue a La Cartuja por un acuerdo con la Junta de Andalucía cuando podía haberlo hecho al Sánchez Pizjuán o al Villamarín, en caso de persistir la idea de Sevilla como sede. También estaba el Wanda Metropolitano, un campo para este siglo, que el Atlético ofreció incluso al Real Madrid. Pero Luis, Rubiales, ya pinchó  con las vacunas en la concentración. 

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