Opinión

Frío en Hacienda

En los juzgados de Ourense los funcionarios curran embutidos en prendas gordas para sobrellevar el termostato a 19 grados, como marca el decreto de ahorro energético del Gobierno central para combatir la carestía energética por la invasión rusa de Ucrania. En un instituto coruñés una profesora imparte clase abrigada con un forro polar porque asegura sentir más frío que durante la pandemia con las ventanas abiertas para generar corriente de aire.

El lunes es el peor día porque el centro permanece sin caldear durante todo el fin de semana. Una inspectora de Hacienda de la delegación de León, una de las capitales del pasmo, sale todos los días a la carrera hacia el gimnasio nada más acabar la jornada para poder sacudirse la tiritona. El castañeteo de dientes con el que comienza los ejercicios indica a los que escuchan la queja que no exagera ni cuando comenta que cada poco tiempo pasa un propio con un termómetro para tomar la temperatura de la estancia. 

Para los trabajadores que les toca alargar la jornada por la tarde han establecido una zona que llaman “mesas calientes” donde el personal se traslada con los expedientes mientras el resto de radiadores permanecen apagados. En los edificios públicos se han tomado en serio la aplicación del decreto para ahorrar energía, aunque entre los funcionarios creen que los colegas del organismo de al lado están a mejor temperatura o que la permisividad con los calefactores varía según el escalafón. 

“Pues yo con los de Hacienda levantaría la mano porque es distinto que te miren el expediente con buena cara que mosqueados por el frío”, razonó un tipo con aspecto de conocer los entresijos de una inspección al escuchar el lamento de la trabajadora a una distancia que no podía escuchar la sugerencia. 

El comentario hizo cambiar de opinión al corrillo que sostenía que protestar con 19 grados es de flojos. Hay que verse parado o sentado durante ocho horas en el mismo sitio para evaluar el sacrificio. Muchos funcionarios agradecerían un ratito de alumbrado navideño menos por medio gradito más en el curro, pero ningún ayuntamiento está dispuesto a sacrificar las luces que reclama el comercio antes de las elecciones con el pretexto de que ahora son led.  

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