Opinión

El futuro será una fiesta

Con razón la Xunta refresca cada semana los datos del balance turístico del último curso en el que se batieron las plusmarcas con 6,3 millones de viajeros y más de 12 millones de pernoctaciones hasta noviembre, según el Instituto Nacional de Estadística. Y el INE todavía no había sumando a la cuenta las luces de Navidad en Vigo, que continuarán cegando al personal hasta este fin de semana como una liada que se desboca y el día pilla por sorpresa a la salida del after.

Xunta, diputaciones y concellos se esfuerzan por llevar a Fitur los mejores planes de ocio, excepto el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que prefiere promocionar la tercera ciudad de Galicia en la Feria Internacional de Turismo desde un rincón de la caseta del Gobierno gallego en vez de contar con espacio propio. No consiste sólo en atraer turistas, la premisa principal de la feria, también es una oportunidad para posicionar la manera de vivir de un pueblo en un momento de cambios en el mercado laboral. El mundo alucina con nuestra forma de parrandear sin mañana en un entorno de clima favorable en invierno y soportable en verano. Los trabajos muy cualificados ya se centran más en exigir el cumplimiento de objetivos que en la presencialidad supervisada por un capataz. Aquí hay sitio para currar y plan de fiesta. 

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