Opinión

Gómez Besteiro, pedrea judicial

Mientras una parte del personal se disponía a conseguir el número del pálpito antes de que hoy comiencen a girar los bombos de la Lotería de Navidad y el soniquete de los niños de San Ildefonso anuncie el inicio de la fiesta, José Ramón Gómez Besteiro recibió la noticia de que la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Lugo archiva provisionalmente la operación Pulpo, la última causa judicial que pesaba sobre él y que lo mantenía fondeado en las procelosas aguas políticas.

El socialista que aspiró a presidir la Xunta de Galicia, o al menos a disputarle a Alberto Núñez Feijóo las elecciones de 2016 con el aval de haber gobernado la Diputación de Lugo durante ocho años, se habrá sentido como el jugador de lotería que mucho tiempo después se encuentra un décimo extraviado en un bolsillo y sin posibilidad de reclamar el premio. Gómez Besteiro se tiene que contentar con la pedrea judicial tras cargar muchos años con la mancha de la duda.

El sobreseimiento provisional de la causa, que no es firme porque está pendiente de un recurso en la Audiencia Provincial, empaña aún más la competencia de la jueza de Pilar de Lara. La que fue titular del Juzgado Instrucción número 1 de Lugo dirigió operaciones como la Pokémon que escarbaron bajo una supuesta costra de corrupción en la política gallega. De Lara fue suspendida y trasladada a Ponferrada por el Consejo General del Poder Judicial por retrasos injustificados, además de ordenar detenciones excesivas como la del socialista Francisco Rodríguez cuando era alcalde de Ourense y ahora ha visto restablecido su imagen al ser proclamado otra vez candidato.

La imputación en el caso Garañón, también instruido por De Lara, hizo renunciar a Gómez Besteiro como secretario xeral del PSdeG en marco de 2016. La causa fue archivada por la Audiencia Provincial en febrero del año pasado al estar levantada sobre “meras sospechas”. La dimisión del líder acarreó la batalla entre las familias socialistas cuando el partido empezaba a rehacerse de la pérdida de la Xunta y del posterior revés electoral con Pachi Vázquez en un liderazgo circunstancial. Falta saber si Besteiro regresará al bombo político de la mano amiga de Valentín González Formoso. 

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