Opinión

Mi hermano es gitano

Cada cuatro de octubre, y va por adelantado que en casa de ete chófer de anécdotas no se recibe dueli, hay un tipiño que llama y te dice: "Hermano, seguimos con vida y felicitarte me llena de alegría". El rapaz se apellida Montoya y sí es gitano. Dede que era muy cativo corrió al lado un porrón de kilómetros y estamos hablando de cuando el personal se calzaba las zapatillas para intentar batir el récord de Europa y no como ahora, que salen a correr todos los que antes suspendían la asignatura de gimnasia.

Después de miles de kilómetros, tantos como 30por la mañana para soltar las piernas y once series de mil con cuatro potas o vomitonas, según usted quiera entender entre serie y serie, ese rapaz que nació el mismo día que se perdió por la autopista de la vida.Uno a Salamanca y el otro estudió en casa. Después de cinco años el chaval llamópara contar que se había licenciado en Económicas y para dar el pésame porque el embeleco del periodismo había atrapado para siempre a este chófer de anécdotas.

Resulta que uno lee la prensa de cada día y descubre que una familia de gitanos tiene secuestrados a unos tipejos para joderles la pensión o que otros gitanos mandan al carajo a gente de su sangre por no respetar normas que no aparecen en el Código Civil. PEro no se crean nada y creánselo todo. El tal Montoya es director de un banco estatal, manda un Perú en Galicia y sigue sienod gitano, sólo que esos programas televisivos de realidad falsa no van con él. 

Viste traje y curra en la central, manda más que ese oro peruano y le fastidia la vida a la peña con comisiones y otras tretas bancarias a las que estamos sometidos, pero nunca se le ocurriría sacar a pastar la raza o las tradiciones para una piratada. Hoy, mañana, pasado o cuando toque, volverán a leer que un gitano hizo, dijo o intentó. Ese mismo gitano es personas como usted y como este chófer de anécdotas porque en esta vida el único comportamiento que no admite comas ni juicios es la decencia. Mi hermano es gitano, el mismo que fastidia la puñetera comisión bancaria y te vende un seguro como si te estuviese confiando la vida de su hija. Las razas no son como las marcas de coches. No se eligen, aunque sí se pueden arreglar.

Te puede interesar