Opinión

La mujer del colchón

El pregón de inauguración de las fiestas de María Pita el pasado jueves dejó una imagen que agradaría a la heroína coruñesa. En la balconada del palacio que lleva su nombre, con la estatua de la homenajeada contemplando la escena desde el fondo, aparecían Inés Rey, Beatriz Mato, María García, Mónica Martínez y la escritora Nieves Abarca. La autora del pregón, la alcaldesa socialista y las portavoces del PP, Marea Atlántica y Ciudadanos. Cinco mujeres protagonizaron la fotografía, cuatro mujeres lideran los partidos con representación municipal, con la excepción de Francisco Jorquera, portavoz del BNG, que tampoco apareció en la escena y, quizá sin pretenderlo, permitió una imagen balsámica  frente a las mujeres asesinadas por canallas con los que compartieron un trozo de vida. Bálsamo, no placebo. Por la cordialidad que transmiten las cuatro protagonistas de una imagen muy potente, algún confundido podría pensar que comparten gobierno. El mandato acaba de empezar, matizarán los desconfiados y en política gana las batallas el que las libra sólo cuando está seguro de que no va a perder. 

La fotografía publicada llevó a las elecciones autonómicas de 2016, donde por la provincia de Ourense cuatro mujeres encabezaron las formaciones que consiguieron representación en la Cámara gallega: Marisol Díaz Mouteira (PP), Noela Blanco (PSOE), Ánxeles Cuña (En Marea) y Noa Presas (BNG). En las últimas elecciones municipales, la Junta Electoral de zona de Ourense anuló la candidatura de Xuntas por Xinzo por no cumplir la ley de paridad entre géneros al estar integrada sólo por mujeres. 

Estaba este chófer de anécdotas reflexionando sobre las señales de un futuro más luminoso mientras esperaba la entrega de un jergón, cuando fue interrumpido por el timbre de la puerta. Un hombre y una mujer cargaban con el colchón. Las cavilaciones llevaron a pensar que se trata de una medida estupenda para evitar que una mujer se sienta intimidada en caso de que esté sola en el momento de recibir la entrega. La mujer del colchón se manejó con igual destreza que su compañero colocando la pesada carga. Algún día serán dos mujeres. A María Pita tampoco le hizo falta la mano de un hombre para salir a pelear. 

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