Opinión

La política por la mano

Si alguien tiene la sana intención de convertirse en alcalde de su pueblo o de su ciudad dentro de cuatro años, ya puede comenzar a dar la mano por la calle.La fórmula del técnico con soluciones ordenadas desde un despacho ha caducado antes de que se puediese comprobar la eficacia. Una consellería o un alto cargo en la Administración no garantiza resultados como ahora saben los populares Beatriz Mato o José Manuel Rey Varela y cuatro años antes lo comprobaron Agustín Hernández y Elena Muñoz. Jesús Vázquez fue la excepción en Ourense. Un mandato. 

La receta de armar un movimiento y después buscar un líder para representarlo como sucedió con Marea Atlántica y Xulio Ferreiro en A Coruña resultó al primer intento pero se hundió en el segundo. Que Ferreiro es un buen tipo y pagó la inexperiencia nadie lo cuestiona, pero la calle no es su ecosistema por una timidiez innata. Cuando se cruzaba con alguien casi pedía disculpas para pasar en vez de asaltar al personal para rapiñar el voto como hubiese hecho Francisco Vázquez, el socialista más popular, e incluso el popular Carlos Negreira, que llegó a parecerse  al candidato Augusto César Lendoiro en horas de dedicación por los garitos coruñeses. Negreira consiguió sentarse en María Pita con mayoría absoluta gracias a la ola que anunció el triunfo meses después de Mariano Rajoy en las generales de 2011 con 186 diputados. Lendoiro tocó en hueso a pesar de presidir el Liceo y el Dépor porque Paco casi se sabía  de memoria el padrón y los favores concedidos en cada barrio y en cada casa. 

El abogado coruñés ambidiestro para remover la cazuela política llamó el otro día para apuntar un pronóstico: "Acabo de cruzarme con Inés Rey e iba por la calle dando besos incluso a gente que se sorprendía con el cariño porque no la conocían de nada. Si sigue así, puede ser alcaldesa tantos años como Paco". 

En Vigo, Abel Caballero es absoluto con unas maneras y un discurso de ciudad-estado que recuerdan a las de su colega coruñés. Sólo Corina Porro, una política también con capacidad para entrar en un mercado y salir con un buen puñado de votos sin haber enhebrado un pensamiento para la posteridad, hizo que unos cuantos votos decidiesen al regidor. La política gana por la mano como sabía José Luis Baltar.

Te puede interesar