Opinión

La silla

Un colega con olfato de fiabilidad contrastada para detectar vaivenes electorales apuesta a que en las elecciones generales Vox va a sacar en Galicia un resultado "que ni el militante popular más pesimista se puede imaginar". Aunque cueste creerlo, como sucede con el CIS de Tezanos, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se apuntó ayer al detalle de que Ciudadanos y Vox todavía no han presentado candidatos para las municipales de mayo, un proceso que lleva mucho tiempo en la agenda. La anomalía demostraría las dificultades para formar las listas por la resistencia de la militancia popular a cambiar de camiseta, con la excepción de amartelamientos públicos, alguno tan significativo como el de José Araújo, que será candidato a la Alcaldía de Ourense por Ciudadanos cuando algunos ex compañeros del PP lo consideraban mejor cabeza de cartel que Jesús Vázquez. 

"Como si presentan a una silla –afirma siguiendo la cuerda de la cabra de Alfonso Guerra–. Sólo hace falta poner la oreja en los bares para comprobar que Vox se ha convertido en una marca", insiste el colega, aunque la conclusión también dependerá de los garitos en los que pare cada cual. Sin querer sumar ni restar razón a pálpitos convencidos, pero ya que esta columna ha pasado por el abrevadero, hace cuatro años a estas alturas del calendario también resultaba improbable que "los activistas de pub", como se dijo, acabasen levantando el bastón de mando en A Coruña, Santiago y Ferrol. Y el popular Carlos Negreira salía a competir desde la mayoría absoluta para repetir en María Pita. El PP en Santiago había sido generoso en méritos para que lo largasen y en Ferrol la ciudadanía acostumbra a cambiar de siglas en cada mandato. 

 Las ciudades del cambio generaron una marea favorable para desplazar al PSOE como segunda fuerza política en las generales y en las autonómicas en votos. Cuatro años después, sin grandes logros pero con escándalos menores en la hoja de servicios, los simpatizantes de En Marea parece que tendrán que decidir el 28-A entre votar a Anova, Podemos y Esquerda Unida o a lo que quede de los afines a Luis Villares, que avisa del riesgo de "suicidio" también en las municipales. Xulio Ferreiro llama a la unidad. Sabe que la silla no es para siempre.    

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