Opinión

Los niños, al cole

Los cativos tienen la pasmosa capacidad de mudar de osamenta y engordar la elocuencia cuando los pierdes unos meses de vista. El azar del portal propició el reencuentro con el hijo de una vecina que nació con gesto despierto. Tiempo después del alumbramiento, en una reunión de la comunidad no se logró el acuerdo para instalar unos soportes para bicicletas que costaban una pasta, pero sí hubo consenso en augurarle al chaval un futuro de ministro o en un puesto de copete en la administración por la manera en la que se expresaba incluso antes de su escolarización. 

El tiempo pasa y los chavales no se detienen, como tampoco los padres, que van variando sus preocupaciones educativas a medida que los hijos van quemando etapas escolares. "¿Ya has empezado el cole?", preguntó este chófer de anécdotas –ahora más pendiente de lo que va a suceder con el calendario universitario que con infantil, primaria o bachillerato– por la gracia de hablar algo con el chaval. "No voy a ir", respondió con una circunspección impropia para un crío de seis años. Y sin tiempo para meter baza principió con la exposición de motivos: "¿Tú te crees que yo puedo estar aguantando la mascarilla desde las nueve a las tres de la tarde? ¿Y crees también que la distancia se va a poder respetar con 25 niños en cada clase?". La madre contemplaba al retaco casi con admiración y una vez terminó con sus razones sentenció: "Pues ya te ha dado él la explicación".

Sólo hubo tiempo a contestar "pero qué jeta tenéis" antes de que se cerrase la puerta del ascensor. Iba por el niño y todos los niños que apelarán fiebre, tos y otros síntomas para quedarse en casa desgastando los dedos jugando a la Play en vez de codos con los libros, pero seguro que la madre se sintió ofendida. Y está bien porque si el chaval dice eso es porque escuchó en casa alentar el absentismo. La OCDE acaba de alertar de la nefastas consecuencias que tendrá durante todo el siglo el cierre de los colegios y avisa de que España ya va tarde. En Francia los alumnos están sin mascarilla en el centro escolar y por el momento siguen impartiendo conocimientos. En Galicia las asociaciones de padres aplauden la convocatoria de huelga impulsada por los sindicatos por un protocolo tardío –de la Xunta o del Gobierno– que suena a pretexto.

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