El PPdeG ha necesitado cuatro décadas para convencerse de que el autogobierno es positivo para el desarrollo de Galicia. Aunque el despertar obedezca a que en La Moncloa soba el socialista Pedro Sánchez, al que y se exige lo que antes no se pidió al popular Mariano Rajoy bajo el pretexto de la crisis financiera, se trata de una buena noticia para un tierra que celebra el 40 aniversario de la aprobación de su Estatuto.
"Aínda que sexa por enésima vez, hai que dicir que reclamar que Galicia teña máis autogoberno non é unha proclama nacionalista, é unha proclama pragmática. A ver se nos damos conta dunha vez que o problema que temos non é que sexamos diferentes nin que nos marxinen por termos manía, senón que aínda que en Madrid goberne a dereita ou a esquerda, mentres as leis se fagan con carácter xeral para todo o Estado a Galicia vaille ir mal por moi boa intención que se teña. A nosa realidade social, económica e xeográfica non é diferente, é antagónica. Para ter máis benestar é fundamental que teñamos máis competencias para executar". Esta reflexión compartida por Anxo Quintana, vicepresidente de la Xunta durante el Gobierno bipartito, hace dos años conserva la lozanía. Quintana participó en el intento fallido de reforma estatutaria en 2007 con el socialista Pérez Touriño, en aquella época presidente de la Xunta, y Núñez Feijóo, líder de la oposición, porque no consiguieron ponerse de acuerdo ni en la denominación de la criatura.
Galicia sigue en el mismo escalón competencial, esperando a que el traspaso de la autopista AP-9 materialice el compromiso arrancado a Pedro Sánchez por el BNG a cambio del apoyo en la investidura y tras ser finalmente aprobado en el Congreso; cuando gobernaba Rajoy fue rechazada dos veces la votación de una proposición de ley respaldada por unanimidad en la Cámara gallega. Que Ángeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, reclame las competencias de costas, aunque sea para amarrar a Ence en Pontevedra frente a lo que ordenará la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, es un paso incluso para los que llevan años batallando para que la pastera abandone la ría. Los gobiernos pasan, el Estatuto sigue. Van cuatro décadas y no estaría de más una reforma.
