Opinión

Más planes de cena que de ahorro

Mientras Yolanda Díaz persiste en negociar con el PSOE medidas para contener el asalto en el súper por el precio de la cesta de la compra y el encarecimiento de las hipotecas –en el marco del decreto de actuaciones que tiene que estar aprobado antes de que finalice el año para aliviar las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania por Rusia–, la mayoría de planes que surgen estos días son de cenas y no de ahorro. El curro, los amigos, la familia lejana y la postiza que para la cercana y los cuñados ya está el trago de Nochebuena, los colegas de la pachanga, los compromisos sociales del nene y sus meriendas, no vaya a ser que el disgusto por una falta repercuta emocionalmente en el futuro...

El leído comerciante coruñés lleva ya tres  convites en las últimas dos semanas y el domingo le toca repetir con 18 amigos porque no encontraron un sitio para cenar el sábado. El comercial de bebidas espirituosas que recorre la provincia de A Coruña camina desde hace meses en estado de pasmo porque la facturación no se corresponde con el drama que escucha de supuestos expertos en las tertulias de televisión mientras prepara el pedido desde la barra, el mejor lugar para comprobar la capacidad de consumo. 

El chasco hostelero del año pasado por las restricciones de la pandemia lo verán compensando estas Navidades alcanzando en la caja niveles precovid. Y sucede en Galicia, donde el mantel podría ser bandera, como en León o en Andalucía, donde no son tan distintos cuando se trata de darle al carrillo. 

Las fechas más señaladas según la barriga de un músico también estomagan a abstemios comistrajos que reciben la invitación de una boda como la aparición de la caries que avisa de la visita al dentista. Pero somos menos o casi anecdóticos.  Quizá porque han saltado tantas alertas de colapso, el personal se está tirando de panza al festejo. El ciudadano le está echando sin pretender un capote al Gobierno central al desmontar el discurso tremendista sobre la economía que blandió Alberto Núñez Feijóo durante los primeros meses como líder de la oposición. El gran desencuentro de estos días en el menú político es la reforma de los delitos de malversación y sedición, platos que piden unos pocos y a la mayoría le da igual.

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