Opinión

No sobra nadie

Durante el sabaneo a la actualidad para rellenar el folio de cada día asomaron varias noticias sobre carencias. Los médicos siguen quejándose de que les faltan manos para prestar una atención correcta al enfermo; el Sindicato Unificado de Policía denuncia un "déficit de personal de 666 agentes en Galicia, el peor escenario de los últimos diez años", al disponer de 2.314 efectivos de Policía Nacional de los 2.980 que corresponden por catálogo; y, a este ritmo, faltará población a la que curar o a la que vigilar. 

En la provincia de Ourense hay 1.100 aldeas en el precipicio del abandono al contar una población de diez vecinos o menos. En Galicia hay más de 10.000 núcleos poblacionales en esa situación y en más de 2.000 sólo crece o envejece la vegetación. La Galicia interior se desploma. Mucha aldeas siguen en pie por la tenacidad de gente como Josefa, que se niega a dejar As Peteiras (Pereiro de Aguiar), como le recomiendan sus hijos, porque la necesidad de seguir en su "casa de sempre" es más fuerte que la vida en soledad. El reportaje con varios testimonios similares que Xiana Cid publicó en La Región es para leer con pañuelo.

"Sólo sobran políticos", añadió con celeridad un colega al conocer el camino previsto del chófer de anécdotas. A los pocos minutos envió la recurrente comparativa sobre el número de políticos en Alemania y en España para reforzar la tesis. Decía que mientras aquí registramos un político por cada 106 ciudadanos, allí sólo emplean a uno por cada 554. 

Atizar ahora al político sería rozar la demagogia para conseguir el aplauso facilón. Tenemos los que hemos querido, muchos concejales prestan un servicio de manera desinteresada, sobre todo en municipios pequeños, y hasta el trabajo de un diputado es más importante de lo que pueda parecer. Ayer en el Parlamento se aprobó una iniciativa presentada por Davide Rodríguez, diputado de En Marea por Ourense, para aprovechar cuatro viviendas abandonadas por Adif como centro de la tercera edad en Vilar de Barrio. Últimamente a él  sólo se le pregunta por el rebumbio en su grupo parlamentario, pero esta reivindicación de los vecinos llegó a la Cámara gracias a que alguien se encargó de recogerla y tramitarla. No sobra nadie. 

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