Opinión

Otro bar, "qué falta hacía"

El contagio del imperio Inditex también ha contribuido a cambiar el paisaje de la hostelería coruñesa. Cuando este chófer de anécdotas era cativo, un garaje podía albergar un garito de moda siempre que los que lo moviesen estuviesen listos para repartir unos pases VIP que hacía que el personal se sintiese único aunque el carnet lo tuviese todo quisqui. Ahora te vas de A Coruña una semana y a la siguiente hay plantado un bar donde menos te esperas. En la centenaria Farmacia Europea de la calle Real han montado una cafetería. Después de un siglo, en el almacén de la Droguería Villar también puedes pimplarte unos vinos mientras compras ropa o una obra de un artista local. En el bajo de la calle Torreiro en el que Amancio Ortega montó su primera tienda que llamó Sprint y cerró antes de inaugurar Zara, hay desde hace unos meses una cafetería de diseño después de albergar durante décadas Massimo Dutti. 

Cuando se anuncia la apertura de otro bar, Pepe, un peluquero con mano con las tijeras y facilidad para la retranca, siempre comenta: "Qué falta hacía". Lo dice con tanta circunspección que la peña no sabe si está en serio o de coña. Ayer varios centenares de personas recorrieron las calles para intentar evitar que Euskaltel, propietaria de la compañía de telefonía R Cable, deslocalice los servicios de atención al cliente que dejaría en la calle a 600 trabajadores, además de asestar una puñalada a las empresas auxiliares. R Cable, Alcoa, la central de Meirama, la térmica de As Pontes... Hay muchos casos con futuro incierto. 

Y seguro que alguno de los afectados tiene la sana intención de montar un garito con los ahorros y la indemnización. "Ya sólo falta que se monte un bar dentro de otro bar", apunta David que, por supuesto, tiene un bar. Pero ya no vale con el truco de otros tiempos. Sin una inversión de 200.000 euros como mínimo el fracaso está garantizado. Amador, que tuvo un local de éxito pero lo dejó porque defiende la hostelería participativa, que consiste en que el tabernero bebe al mismo ritmo que el cliente, avisa de que el vértigo de aperturas es similar al de cierres, con los consiguientes dramas y pufos pendientes. Tras unos meses de descanso está buscando trabajo y sólo lo encuentra en un bar. Y no sólo sucede en A Coruña. 

Te puede interesar