Opinión

Pasta de alcalde

H acienda publica la soldada de alcaldes y  presidentes de diputaciones y el ojo inevitablemente se va a la casa del vecino tras repasar la propia. De las siete grandes ciudades de Galicia, excepto Sánchez Bugallo en Santiago (52.020 euros) y Ángel Mato en Ferrol (40.000 euros), el sueldo de los regidores ronda los 70.000 euros al año. Fernández Lores percibe 72.556 euros por poner a Pontevedra a caminar y situarla en el mapa mundial de la movilidad. Abel Caballero es el segundo que más cobra (70.775) por colocar a Vigo en la estantería de la Navidad y la promoción constante de la ciudad a través de su personaje. El regidor de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome es el tercero en la lista (69.926 euros), por delante de Inés Rey, alcaldesa de A Coruña (69.218), por trazar rascacielos en el aire.

La opinión mayoritaria es que es se trata de un trabajo bien pagado, pero hay que ser de una pasta especial para someterse al escrutinio permanente los 365 días del año. El bastón de mando, cuando no se tiene un modelo de ciudad, enseña la cojera del que lo sujeta. Un buen alcalde es capaz de cambiar una ciudad, pero la Alcaldía no es un chollo como la presidencia de Paradores del Estado con una nómina de 180.000 euros anuales y el flequillo en un discreto segundo plano y sin la presión del mercado. La plaza está ocupada por Pedro Saura, que fue número dos del exministro de Transportes José Luis Ábalos.

Lo más sorprendente de los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda no es que haya una docena de regidores sin sueldo o que Valentín González Formoso no tenga sueldo como alcalde  de As Pontes por recibir el de  presidente de la Diputación de A Coruña (72.325), sino que hay 39 municipios gallegos que no han facilitado información sobre las cantidades percibidas por los miembros de la corporación en 2020.

En un municipio pequeño como Parada Sil, Triacastela, Laza o Manzaneda se puede comprender por la falta de personal y la carga de trabajo. Como para andar perdiendo el tiempo con formularios y datos que son los mismos todos los años. Pero que Marín, Teo, Nigrán, Cambados, Sarria, Ribadumia, A Illa de Arousa o Fisterra pasen de trasladar la información no es ejemplo para el que paga.

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