Opinión

A Pedro lo que es de Sánchez con Galicia

Salvo la resurrección, a la espera de una prueba más fiable que un cribado a los creyentes, cualquier desvelo terrenal puede ser realizable si se pone interés y no se aplaza el recado para otro momento. La devolución del pazo de Meirás "okupado" por la familia del dictador Franco al pueblo o el traspaso de la titularidad de la AP-9 a Galicia eran a vuelta de calendario asuntos que no convenía abordar por el supuesto riesgo de que se resintiesen las costuras –ideológicas y económicas– del Estado. El Congreso de los Diputados aprobó ayer la tramitación de la proposición de ley del Parlamento de Galicia para traspasar a la Xunta la titularidad y las competencias de la Autopista del Atlántico AP-9. 

La iniciativa fue respaldada hasta en tres ocasiones por unanimidad en la Cámara gallega y Mariano Rajoy, pontevedrés alumbrado en Santiago, vetó dos veces el debate cuando presidía el Gobierno pretextando problemas de tesorería mientras los vecinos de su tierra continuaban y continúan soportando los peajes más caros de todo el Estado. El recuerdo puede ser el peor castigo de un político en el retiro. Rajoy también estaba en aquel Ejecutivo de Aznar que privatizó la vía y prorrogó la concesión a Audasa hasta 2048 a cambio del tramo de Fene a Ferrol, como antes había hecho Felipe González aunque por menos tiempo para costear ampliaciones, y después Zapatero consintió un incremento anual del 1% en los peajes para la ampliación de Rande y la circunvalación de Santiago. Pero a diferencia de Rajoy, ni Aznar ni González ni Zapatero son gallegos. Tampoco Feijóo abraza el "nacionalismo", como en la sesión de ayer denunció el diputado de Vox para defender el voto en contra de su formación, simplemente se suma al hartazgo mayoritario por una canallada legal. 

En las comparecencias de los representantes de Galicia, el socialista Gonzalo Caballero recordó que el primero que lo pidió fue el presidente Touriño, el popular Diego Calvo percutió con la subida de Zapatero, pero la nacionalista Ana Pontón, como después el diputado de Unidas Podemos Antón Gómez-Reino, apuntaron al objetivo final de eliminar el peaje. Es el primer paso y al Gobierno le toca abaratarlo, pero a Pedro lo que es de Sánchez con Galicia. Dos grandes gestos frente a un presupuesto regular. 

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