Opinión

Sin e-moción

Una moción de censura sin emoción tiene muchos boletos para acabar en mitin con luz y taquígrafos en el Congreso. Un peñazo de horas que acabó fatigando y aburriendo al propio Ramón Tamames, histórico líder comunista y economista de referencia que a los 89 años volvió a intervenir en la Cámara Baja como candidato de Vox a la presidencia del Gobierno. “Tenemos que ser más breves, no repetir argumentos y sobre todo buscar la verdad y lo que sea útil”, recomendó Tamames durante una intervención en la que repasó su aportación a la historia del siglo XX en España y deslizó unos apuntes breves sobre la situación actual. Sólo empleó media parte de un partido de fútbol, un suspiro frente a la chapa que antes habían largado Santiago Abascal, líder de la ultraderecha e impulsor de la censura, y el presidente del Gobierno.

En la réplica de Pedro Sánchez al candidato a sustituirlo fue interrumpido: “Que usted venga con un tocho de 20 folios”. Tamames recibió la reprimenda de Meritxell Batet, presidenta del Congreso: “El presidente del Gobierno está en uso de la palabra”. Las canas son ingobernables. “Tienen ustedes que cambiar el reglamento de la Cámara, no se puede estar una hora y cuarenta y cinco minutos dándonos lecciones de cosas que no hemos pedido”, soltó después con el micro abierto. Tamames empleó el mismo razonamiento para contestar a la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz: “Después del discurso de una hora y cinco minutos diría que tenemos un bien muy precioso que es el tiempo. Fue un discurso interesante en algunos pasajes y la presentación de un proyecto político que se llama Sumar, pero yo le haría un recomendación a la vicepresidenta, que sintetice sus puntos para poder apreciarlos más tranquilamente”. Y dio por finalizadas sus respuestas a los grupos parlamentarios aunque se mantuvo en el escaño que el prestó Abascal.

Quizá por ser de las fuerzas que menos tiempo disponen, el diputado del BNG Néstor Rego no merodeó para avisar a Vox de que “en un año tendrán que tragar en Galicia un gobierno  encabezado por Ana Pontón, una mujer feminista y soberanista”. Excepto por la oratoria al mentón del diputado de ERC Gabriel Rufián sus señorías habrán envidiado a Núñez Feijóo, que pasó del mitin ajeno y de posicionarse. 

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