Opinión

"Tanatorio 'la siempre viva', dígame"

Fito se sorprende porque lo llaman de un número que no reconoce y principia por 91. "Es de una compañía de telefonía móvil o de un banco", le advierte un cliente en el abrevadero. En vez de cortar decide atender la llamada para sorpresa de todos. Regresa a los 10 segundos, algo impensable cuando sabes que te van a dar una chapa macanuda. Cuando cuenta la conversación, la peña rompe a reír y pide otra ronda para celebrar que en este país hay más talento en un bar que en el Congreso.

–Hola le llamo de Vodafone.

–¿Vodafone con b o con v? –preguntó Fito.

–Perdone que le moleste. Buenas tardes.

"Y esto no es nada", prosigue Fito, cansado de recibir dos o tres llamadas al día vendiéndole un producto que no quiere ni necesita, aunque reconoce que el que está detrás de la línea intenta ganarse el jornal.

El pasado viernes lo llamaron de otra empresa de telefonía de la que no es cliente. "Si usted quiere hablar con Adolfo pulse uno, si quiere hablar con Fito marque dos, si quiere realizar otra consulta dele al tres", respondió con fina retranca. "Perdone, pero eso lo dice nuestro sistema automático", afirmó desconcertado el teleoperador. "No le comprendo, si quiere dejar de dar la turra cuelgue, acostumbra a ser un botón rojo en casi todos los teléfonos. Si usted está llamando desde un fijo, basta con depositar el auricular en la peana", continuó inmutable el posible cliente. El mosqueo cambió de bando en unos segundos.

A Piturri, jubilado de 82 años, lo llaman día sí día también a casa cuando el plato ya está en la mesa. No hay fallo, pero él siempre está preparado. "Tanatorio 'La siempre viva', dígame", acostumbra a responder. El rapaz o la rapaza que está al otro lado de la línea pide inmediatamente disculpas por la equivocación, pero él insiste: 'Espere, ya que estamos hablando, ¿tiene usted un seguro de defunción? Tiene que ser consciente de que la juventud se pasa más rápido de lo que creemos y es mejor estar preparado por lo que puede suceder, porque sabe que la muerte no avisa y no hay que dejar problemas a la familia. Somos expertos en gestionar su dolor..." Acaban dejándolo con la palabra en la boca y él descojonado. Algo parecido sucede con las encuestas electorales. La peña es lista. Y no suele equivocarse al marcar.

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