Opinión

Tanta pataleta para para decir casi lo mismo

Siguendo los pasos del PP y del PSOE con el pacto para hacer frente al yihadismo, sus franquicias en Galicia llegaron ayer a un acuerdo para podarle tiempo en los plenos que se celebran en el Parlamento a AGE y BNG y cedérselo al Grupo Mixto. Portazo de Beiras, pataleta de Jorquera, soflama de Yolanda Díaz, Méndez Romeu rebuscando en el cajón de las excusas razonables... Y se presupone que el presidente Feijóo estaría doblando de risa. Le puede regalar incluso el tiempo de su partido a la oposición para protestar a gusto porque al final se va a hacer lo que él diga. Así es el juego de la mayoría absoluta y la puñetera norma electoral que distribuye el voto del ciudadano.

El gran problema en el retorno de la actividad parlamentaria, enero no es ordinario y tiene bemoles el asunto, estribó en que la presidenta de la Cámara gallega, Pilar Rojo, y los dos grupos mayoritarios decidieron recortar en los plenos a AGE y BNG cuatro proposiciones no de ley a cada uno al año para que repercutan en la bancada del grupo Mixto, cuyas dos diputadas desertaron de la trinchera de Beiras. AGE y BNG también tendrán que ceder dos interpelaciones por año en pleno, dos preguntas urgentes, dos ordinarias y dos al presidente de la Xunta. Tanta pataleta y amenaza con recurrir al Tribunal Constitucional por silenciar a las minorías para casi nada. Pueden proponer lo que les dé la gana y preguntar lo que estimen oportuno, que el PP votará lo que diga su líder y el presidente responderá lo que le venga mejor mientras las urnas se lo permitan. Hay que reconocerle a los populares que sus simpatizantes no discuten, votan.

Contaba el otro día en este periódico Darío Villanueva, director de la RAE y una de las mentes más preclaras de esta tierra de aristas y de artistas, que él sería un pésimo político porque en un gran número de ocasiones acabaría dando la razón a la oposición. Villanueva lo sabe casi todo o al menos lo intenta, pero no es capaz de comprender cómo lo que se propone en la oposición se olvida en caso de llegar al Gobierno y viceversa.

Galicia volvió a pararse en enero, pero en el cómputo anual hemos avanzado algún centímetro. Nos entretenemos con el reparto de tiempo para decir lo mismo o parecido.

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