Opinión

"Tengo todos tus discos... ¿Alcalde?"

En pleno desparrame electoral, lo peor que le puede suceder a un candidato es que la peña no lo reconozca por la calle. O al menos eso cree el equipo de expertos que acompaña al aspirante a conquistar o a reeditar la alcaldía.

Hace unas semanas, el regidor de una capital de provincia gallega, tampoco es plan de señalar, acudió a un acto organizado por un catedrático. Como llegó antes de la hora convenida, el docente se vio en la obligación de invitarlo a tomar un café en un garito. Y como estamos en época de despiporre electoral, le preguntó a la camarera si sabía quién era su ilustre compañía con la intención de agradar al político. Verónica examinó unos segundos al hombre que tenía delante y le espetó: "Pues no tengo ni idea". El alcalde se marchó compungido, el catedrático sonrojado y Vero todavía sigue doblada por la panzada que se dio a reír después. "Y menos mal que me callé, porque estuve a punto de decirle para quedar bien que tengo todos sus discos", comentó después a los clientes del abrevadero que le criticaban el despiste. Tampoco es capaz de identificar al líder de la oposición local y eso que le sirve café varias veces a la semana.

Unos días antes también había pasado por el bar el ourensano Pachi Vázquez, ya sin mando en el PSdeG. La dicharachera camarera en esa ocasión acudió a preguntar discretamente quién era ese personaje que le sonaba de haberlo visto en alguna ocasión en la televisión. Ni Vero ni Ángela, su jefa, eran capaces ayer de ponerle cara a José Ramón Gómez Besteiro, el actual líder de los socialistas gallegos, aunque al presidente Núñez Feijóo sí lo reconocerían a la primera porque lleva muchos más años de fotos.

Mientras unos interpretan el escaso grado de conocimiento de un político como un problema gordo, una parte de la clientela opinó tras escuchar la anécdota que lo ideal sería no conocer al alcalde, como antes sucedía con los jueces. "Si los elegimos es para que hagan, no para que se hagan fotos", argumentaron. "Al final del mandato se les juzga por sus obras, no por sus promesas o apariciones en los medios de comunicación". Y entramos, como diría el genial José Saramago, en la discusión de si antes fue el hechizo o el hechicero.

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