Opinión

Un gramo

Acabo de conseguir que me vendan por gramo, llevo para todos". El mensaje del cuñado acompañado del emoticono del brazo forzudo cuando la mañana duda entre descorrer las cortinas o seguir un ratito más atrincherada entre las sábanas resulta tan indescifrable como un número de teléfono apuntado en un papel durante una madrugada de farra. El duermevela lleva a Papito y la dieta de dos gramos de farlopa que siguió durante dos décadas, según confesó a Évole, pero no vas preguntar al cuñado antes de reunir certezas si se le ha ido la tecla, la tocha o la pinza. Destapar sin necesidad, y pasados los 60, un vicio hasta en ese momento desconocido puede ser una señal de avería, pero cada uno es dueño de aficionarse con lo que considere mientras no desgracie la vida de los demás.

Al mediodía la conviviente confirma al asomar por la puerta que ya ha hecho el encargo al cuñado porque "por gramo es muy difícil de conseguir". El careto de perplejidad sugiere que acabarán esposados o encamisados, como mal menor, hasta que aclara la confusión. La vecina enfermera recomienda enchufarse un gramo de paracetamol antes de recibir la vacuna contra el covid, otro a las tres horas y mantener la pauta cada seis mientras no desaparezca el malestar. El paracetamol de un gramo sólo lo despachan en las farmacias sin receta si la caja es de menos de 20 comprimidos y sale más caro. Para el genérico de 40 unidades se necesita receta. La razón es evitar que la peña se automedique sin medida, pero como no hay seguridad de conseguir vez en el centro de salud, los que están en capilla para vacunarse se pasan paracetamol en gramo.

A media tarde, por la ventana se cuela una música caribeña que hace añorar el mundo verbena aunque no se tenga cuerpo de muiñeira. Un dominicano, por el repaso al repertorio de Juan Luis Guerra, de voz dulce entretiene a los que caminan por el paseo marítimo coruñés. "No se olviden de sonreír ante tanta adversidad, es el propósito de todo esto", comenta cuando le dejan unas monedas. Desde ayer las cenas han vuelto a los restaurantes hasta las once de la noche. El mosqueo de las taperías y bares sin licencia de restaurante por tener que cerrar a las nueve aunque sirvan comida es comprensible. La noche vuelve con reserva.

Te puede interesar