Con otros 513 cadáveres camino del cementerio y 17.853 nuevos contagios de covid notificados ayer por Sanidad, el debate sobre el levantamiento de las restricciones impuestas para detener la tercera ola de la pandemia puede parecer tan contradictorio como la cautela para evitar la propagación de las nuevas variantes que la ministra Carolina Darias pide a las comunidades a las que antes les negó el confinamiento de la población.
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, aplaza hasta el lunes la decisión sobre el alivio de las medidas, que puede ser "algo o mucho", pero ya avisa de que "hasta mayo habrá que actuar con rigor y precaución". La sensación de un colega que se dedica a la distribución de bebidas y embutidos es pesimista: "La hostelería en Galicia no volverá hasta el 1 de marzo en terrazas y hasta abril no se podrá servir en el interior con los que serán cuatro meses perdidos. No se trata de que te den una ayuda o una subvención, sino de comer. Conozco a mucha gente que ya se ha gastado los ahorros y no puede aguantar más".
Bruselas eleva las previsiones de crecimiento para España hasta situarlo en 5,6% este año y 5,3% en 2022, la mejor proyección de la UE, aunque inferior al 7,2% calculado por el Gobierno central. Los estudiantes franceses que llegaron a Madrid estos días bajo el reclamo de los bares abiertos y el ritmo de vacunación que mantiene Reino Unido alientan la esperanza en el turismo, pero la Comisión advierte del riesgo de una ola de quiebras empresariales.
La Xunta activa el segundo plan de rescate con una dotación de 75 millones, de los cuales 30 estarán destinados a autónomos, otro tanto a microempresas, 12 a la hostelería afectada por los cierres y tres a gimnasios, centros de ocio o parques infantiles, actividades sin contemplar en el primero. Feijóo considera "lamentable" la ausencia de ayudas directas por parte del Gobierno central o que haya concellos "que siguen cobrando los impuestos a sectores afectados por los cierres". La crítica le vendría de vuelta si se pregunta en las ventanillas referidas. A un hostelero que ya se ha fundido 40.000 euros y con el pago del crédito ICO esperando el 31 de mayo sólo le queda la baza de un rescate familiar a los 40 años como cuando empezó a los 18. La alternativa es el cierre.
