Opinión

Las dos Españas de Ábalos

Hoy un periódico de tirada nacional titula una noticia “Ábalos dará protagonismo al tren en el reparto de fondos europeos”. Probablemente por necesidades de espacio el título es incompleto, ya que en realidad debería decir “Ábalos dará protagonismo al tren del Mediterráneo en el reparto de fondos europeos”. Porque el descaro y la desvergüenza con que este Gobierno está primando sus intereses electorales, y especialmente el ministro de Fomento, diputado por Alicante, los suyos, está quebrando totalmente la cohesión nacional. Pero no solo el ministro; Saura, secretario general del PSOE de Murcia, partido que quedó 4º en las elecciones después de Vox, ha recibido como premio a su derrota electoral una Secretaría de Estado desde la que deriva descaradamente fondos a su región, o más bien deberíamos decir a su provincia, en detrimento del Atlántico y especialmente de Galicia.

Pero claro, es la pescadilla que se muerde la cola, no tenemos poder político porque no tenemos diputados, ni suficientes ni independientes de los dos partidos mayoritarios nacionales, no tenemos diputados porque no tenemos población, no tenemos población porque no tenemos desarrollo económico, y no tenemos desarrollo económico porque no tenemos infraestructuras. Es el círculo vicioso perfecto. Así el más alto cargo gallego de fomento, el secretario general de Infraestructuras, persona bienintencionada, honesta y probablemente el único gallego fiable del Ministerio, se ve abocado al triste papelón de inaugurar rotondas. Poco podemos esperar de este Gobierno débil y necesitado de unos votos para sobrevivir que no tenemos, y que los pocos diputados que tenemos no van a poner en riesgo su calidad de vida, por unas tonterías como unas infraestructuras para Galicia. Quizás haya llegado el momento, como en Italia, de iniciar una campaña para recortar el número de diputados y por supuesto eliminar sus absurdos e insultantes privilegios: aviones gratis, taxis gratis y dietas aunque no viajen; todo ello mientras muchos de sus votantes están en ERTE, cuando no tienen que hacer cola en el banco de alimentos. Pero de esto hablaremos otro día. 

A tres meses de que se abra el plazo para pedir financiación para los corredores ferroviarios europeos, el Corredor del Atlántico sigue sin plan director a diferencia del Corredor Mediterráneo; mientras según me cuentan funcionarios de Adif, en este organismo hay una oficina solo para proyectos del Corredor del Mediterráneo, mucho me temo que para el atlántico presentarán proyectos de mantenimiento (chapa y pintura) del trazado actual, que en cualquier caso están obligados a hacer y que relegará a nuestros puertos a la 3ª división, mientras los del mediterráneo jugarán en champions, condenando a nuestros hijos a seguir la ruta de nuestros padres.

A fecha de hoy, nada se sabe de la salida sur de Vigo, que solo depende de una decisión del Gobierno, tanto para iniciar la tramitación como para solicitar la cofinanciación europea por tramo transfronterizo. Pero tampoco el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la licitación de las obras del tramo Ourense-Lugo; por no hablar de Lugo-Coruña o de Coruña-Ferrol, que suponen la conexión con los dos puertos exteriores en los que se ha invertido una importante cantidad de dinero hace años, pero que desde entonces siguen sin conexión ferroviaria con el resto de Europa. Y del AVE ya no hablamos, porque pasó de constituir el mayor engaño de estos 25 años, al mayor insulto de estos dos últimos, en los que no solo se nos engaña continuamente con fechas falsas, sino que se utiliza con total desvergüenza y descaro en unas campañas electorales en las que ya solo falta comenzar los mítines diciendo: “Buenos días pobres gallegos tontos”.

Claro que tampoco cabe esperar mucho de la Xunta de Galicia, con una Consellería de obras públicas en sede vacante desde que Agustín Hernández, probablemente el mejor Conselleiro del ramo que hemos tenido en Galicia, se vio obligado a dejar de serlo para intentar poner orden en la desfeita que el partido popular tuvo en Santiago. Aún recuerdo los tiempos en que Fraga siendo presidente de la Xunta se iba a Madrid, a reunirse con los ministros tanto socialistas como populares, hasta que les arrancó el compromiso de las autovías, cosa que el presidente Feijoó debería hacer si estuviera mejor asesorado: irse a Madrid física o virtualmente, y reunirse con el presidente del Gobierno y con el ministro de Fomento, para poner encima de la mesa la defensa de los intereses de Galicia. Claro que… si le va bien así, para qué va a hacer cosas distintas. 

Y así, entre el desprecio de Madrid, la inexistencia de un PSOE gallego cuyos dirigentes ni siquiera son tomados en serio en Madrid (al menos según me cuentan desde allí) y la incomparecencia del presidente de la Xunta en estas cuestiones, seguiremos perdiendo todos los trenes, que veremos pasar…  por el Mediterráneo.

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