Quinta de Ramirás recibe a Andrea Zamira, su primer bebé en 30 años

"UNA ALEGRÍA PARA EL PUEBLO"

La emigración ralentiza el descenso en el concello de Ramirás, de 1.508 habitantes y 3 nacimientos al año de media

Andrea Zamira es el primer bebé que recibe en 30 años Quinta, en Ramirás | La Región

Tres décadas han tenido que pasar en Quinta, Ramirás, para volver a ver a un bebé en el pueblo. Andrea Zamira, la segunda hija de Angélica Méndez y Joel Requena, nació el pasado 2 de abril y, aunque no ha sido hasta hace unas semanas cuando ha empezado a conocer a sus convecinos, ya los tiene conquistados a todos. “Es preciosa”, coincidían María y Ermitas, en un descanso en las labores del campo, “a mí me ha dado mucha alegría, los tengo cerca y -su llegada- me ha dado mucha vida”, añadía esta última.

El matrimonio oriundo de Venezuela, junto con su hijo mayor Miqueas Requena de 17 años, llegó a Quinta en 2021, tras una primera estancia en la comunidad valenciana de donde salieron “de prisa y corriendo”, cuando en la pandemia autorizaron los viajes entre provincias. “Andrea ha sido una alegría para el pueblo, la primera bebé en nacer en 31 años en Quinta. Pero es que ya desde que estaba en la barriga los vecinos nos transmitían su emoción por su llegada. Brazos no le van a faltar para que la carguen”, transmitía la madre, cuya familia materna es originaria de esta parroquia de Ramirás. “La gente está muy emocionada. Vienen a verla y ya están esperando, pensando en cuando la van a ver andando por aquí, montando en bicicleta”, añadía Joel, su marido. Una emoción que compartían el hermano Miqueas y la abuela de la pequeña, Lidia Mosquera, protagonistas también de esta historia con final feliz. “Esto es un sueño. Yo nací en Venezuela y vine hace 46 años, cuando mi papá nos trajo a todos para que conociéramos su tierra. Estuve dos años y media”, dijo la abuela.

Durante la entrevista a la familia en su casa de Quinta.
Durante la entrevista a la familia en su casa de Quinta. | Xesús Fariñas

La salida de Andrea Zamira para posar para el periódico, supuso toda una revolución y una alegría para los habitantes de este pequeño núcleo de población donde la emigración ha dado un soplo de aire fresco. “Uy, nin me lembro xa do último bebé. É unha alegría moi grande”, comenta David, que hacía un alto en la conducción al ver a la familia Requena Méndez, mientras su mujer Pilar bajaba a saludar a la pequeña.

En los últimos meses, Quinta ha visto multiplicada su población pasando de 13 a 20 casas abiertas y la llegada de varias familias con menores adolescentes, “aínda hai 25 pechadas”, matizaban los lugareños que tienen contadas las 45 edificaciones que conforman este núcleo de la parroquia de Grixó. Una situación que también ha tenido su reflejo en el censo municipal. La llegada de emigrantes ha permitido frenar la caída de población en un municipio con 1.508 habitantes y 102 menores de 18 años, si bien la media de nacimientos anuales en los últimos cinco años, está en 3 (según datos del Instituto Galego de Estatística).

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